La carretera de la Vilavella, en Nules, podría considerarse un punto negro para la seguridad vial en el municipio a tenor de los accidentes que se vienen produciendo en la zona desde hace unos años. Las diferentes corporaciones han tratado de aplicar medidas para lograr una reducción de la velocidad con resultados dispares. La última, el establecimiento de controles policiales de velocidad que persuadan a los conductores de pisar el acelerador.

Así lo confirma el alcalde, David García, quien asegura que durante los últimos días se ha llevado a cabo un dispositivo especial que «por el momento ha finalizado», pero que se repetirá de manera habitual al considerar que es la manera más efectiva de evitar los malos usos que se han instaurado como norma en esta zona y provocan una peligrosidad que los vecinos «han denunciado en numerosas ocasiones».

De hecho, David García confirma que en esta primera campaña impulsada a lo largo de la semana pasada por la Policía Local se han impuesto «varias denuncias por saltarse los cojines berlineses y por aparcar en doble fila».

MALOS USOS / Los residentes en la zona y las personas que por diferentes motivos transitan de manera habitual por este vial de acceso principal a la localidad son testigos a diario de estos malos comportamientos, como el de aquellos conductores que no dudan en invadir el carril contrario para no tener que reducir la velocidad al paso por los dispositivos distribuidos en la calzada.

Si bien esta es una conducta sancionable en cualquier punto del casco urbano, el alcalde incide en que en la carretera de la Vilavella, en concreto, existe una preocupación adicional, «al ser lugar de paso para escolares que tienen que cruzarla a diario varias veces para ir al colegio».

El principal inconveniente de esta travesía urbana es que se trata de una recta de salida y entrada muy transitada durante todo el día. Los conductores no respetan la señalización vertical y, excepcionalmente, los diversos pasos de peatones que la cruzan.