El centro de la capital de la Plana viajó ayer en el tiempo, en una gélida mañana, en la que el pueblo de Castellón envió un año más un mensaje de agradecimiento a su fundador, Jaume I el Conqueridor.

Un homenaje, como siempre, cuidado al detalle, y que impregnó de boato medieval el entorno del monumento señorial del Rey, obra de Josep Viciano. La llegada de la comitiva, imponente, con música de cámara y percusión, hizo las delicias de un público que disfrutó del vestuario y los portes de la Germandat dels Cavallers, Na Violant d’Hongria Marta Tena Soler, sus dones de companya y séquitos, l’Aljama, y la gaiata 5, entre otros, en una plaza hasta la bandera.

Ya todos en formación, y desafiando al frío y el viento, el templario José Antonio Balfagó inició la presentación y alabó “la fidelidad a la palabra, valentía y orgullo” del monarca de los orígenes. El ritmo de tambores precedió a la lectura del laude arbitral, a cargo de Na Violant como regina d’Aragó; y tras los aplausos, la de Jaume I, Eugenio Díaz Carsi, que dió voz al decreto fundacional que se conserva cual tesoro en el Archivo Histórico Nacional. El protocolo continuó con la ofrenda donde, una a una, depositaron rosas caballerescas Na Dolça, Nadia Mas; N’Enmergarda, Laura Agramunt; Na Eva, Judith Alfonso; Na Margarida, Lorena Valls; Na Provençala, María Montañana; y Na Rama, Mireia Andreu.

Y llegó el momento de brindar la corona de laurel y la senyera a la estatua de Jaume I, por Na Violant; el prohom, Luis Oria; la alcaldesa, Amparo Marco; y la reina de fiestas, Carolina Tárrega. Más tambores. Y todos esperando la invocación a los santos patronos, pronunciada por Na Violant, y el responso, al unísono, grabado en la memoria colectiva: “Cavallers, per la Mare de Deú del Lledó, Sant Jaume i Sant Cristófol!. Fadrell!”. H