U na visita a la plaza de la Isla Baleato a mediodía del último domingo de las fiestas de la Magdalena nos ilustran el espíritu magdalenero del Castellón del sur. Más de 1.500 personas participan anualmente en el concurso de paellas que organiza la gaiata 19, La Cultural, en una de las celebraciones más numerosas y participativas en la ciudad en ese postrero día de la semana grande magdalenera de cada año.

Y es que en el distrito gaiatero más lejano del centro urbano de la ciudad también se vive intensamente la semana grande. Hay una implicación directa de los vecinos con su comisión de sector, la que hace posible los grandes festejos populares para el Grupo Cardona Vives y adyacentes. No se puede entender la historia reciente de las fiestas mayores castelloneras sin la presencia de la benjaminas de las gaiatas. La que fundada en 1983 quiso llevar la fiesta popular a los barrios del sur, a ese Castellón que también es castizo e inigualable.

Y desde ese año no se han dejado de repetir las escenas de fervor magdalenero en las calles y plazas de una demarcación urbana que vive y siente en castellonero, con el recuerdo de Juan Cardona Vives, cuyo busto, obra de Adsuara, decora una recoleta plaza en el barrio (el único castellonense que cuenta con dos esculturas; la otra está en la plaza que lleva su nombre, junto a la calle Mayor). Pero el auténtico y singular bronce que evoca a este personaje es el existente en esta demarcación, que recuerda también las obras sociales de la antigua Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón,

Y es que el ilustre patricio capitalino se mantiene en la memoria colectiva de los ciudadanos de esta tierra porque su obra y legado significó mucho para la ciudad que, a finales del siglo XIX abandona su carácter rural para convertirse en gran ciudad.

La Cultural es Cardona Vives. Es Castellón. Es el sur con futuro, que cree y siente las fiestas de la Magdalena como cualquier otro distrito, o incluso más.