Alejandro Navarro debuta en el cargo de presidente de la gaiata 7, Cor de la Ciutat, si bien forma parte de este sector desde el año 2016. Durante la etapa del 2003 al 2006 tuvo el honor de ostentar la presidencia de la gaiata 2, Fadrell. Afronta el nuevo periodo festivo con ganas, ilusión y con el objetivo de dejarla «en un listón bien alto, como hizo Manolo López». Para el presidente, este es un sector que cuenta con «un buen caché, que derrocha solera y arraigo, y que tiene la suerte de tener una comisión muy trabajadora», subraya Navarro.

La implicación del sector se alarga durante 12 meses. «Hay que asistir a reuniones para hablar del llibret, del monumento de la gaiata, de cómo se va a desarrollar todo el año», detalla. Son valores de sacrificio y esfuerzo para que tanto los miembros como los vecinos de Castelló disfruten al máximo de sus fiestas.

Para el representante del sector, su acto favorito es «la Magdalena en sí». No le resta importancia a ninguno de los momentos de tradición que se viven durante la semana grande capitalina, puesto que destaca su «gran vinculación no solo a las gaiatas, sino a todo el mundillo», pues siempre ha formado parte de los Cavallers Templaris, vistiéndose en cada desfile y saboreando cada instante desde el primer día.

Respecto a las madrinas de Cor de la Ciutat, dice sentirse «muy orgulloso» y tener «mucha suerte de emprender este viaje a su lado». Representan el espíritu vivo de la fiesta y encarnan las cualidades de la comisión, comprometida, familiar, y con la amistad por bandera. En cuanto al monumento de la gaiata, el presidente revela que será de corte tradicional y materiales clásicos, como el caso de la madera, pero con pinceladas innovadoras en cuanto a motivos y a estructura.

Como aspecto a mejorar, Alejandro Navarro considera que a su sector, situado en pleno centro, acude «cada vez menos gente autóctona», y añade que «es algo difícil de trabajar cara al socio, porque en esta zona hay mucha oficina y mucho comercio, y los vecinos no son de Castelló y no conocen la fiesta o les falta arraigo». Además, cara a la participación juvenil, cree que la gaiata, como asociación, «carece de atractivo para ese sector de la población», aunque él afirma que es «muy bonito vivirlo desde dentro».

EL PRESIDENTE

A. Navarro