Había ganas de fiesta lloviera o no, y pese al manto constante que dejó la anunciada borrasca mañana, tarde y noche, Castelló no se paró. Y, cambiando algunos de los destinos previstos, fueron muchos los vecinos y visitantes que siguieron con su agenda y se acercaron al Mesón de la Tapa y la Cerveza, en la plaza España, que, un día más, en el de su cierre, rozó el lleno, eso sí, bajo el entoldado, después de toda una semana de sol y sombra. Al lado, la Pérgola sustituyó a la plaza de las Aulas en la Trobada juvenil de bailes folclóricos, con las agrupaciones de la ciudad en escena.

El adiós a la semana grande se vivió también en los sectores, que se apresuraron a hacer el viaje de vuelta con sus monumentos hasta el Espai Gaiater del Matadero desde buena mañana, para evitar que, con el agua, se dañaran las estructuras.

«Una buena semana»

Unos tenían un camino más largo que otros, pero todos lo recorrieron con la sensación de que ha sido «una buena semana, con la gente en la calle, participando de los actos y arropando a la festa», como coincidieron varios presidentes. «Ojalá hubiera aguantado un día más», dijeron.

Castelló despidió su 75ª edición de la Magdalena en su estructura actual mirando ya a la del 2020, y reclamando que la fiesta no se acabe en la ciudad.