Capaz de hacer soñar a la gente con sus universos imposibles. Talento y esfuerzo. Mérito a las Artes de la Diputación Provincial 2019. Salvador Vicent Martínez, Yunke, ilusionista y mago y/o viceversa. Internacionalmente reconocido, asiduo de los platós de televisión y comprometido con su tierra. Magia pura. Desde su la Vilavella natal para el mundo.

-¿Qué significa para usted este reconocimiento de la Diputación Provincial?

-Es un reconocimiento muy bonito a nivel de mi tierra, de mi gente. Un honor. Un galardón en el que no he tenido que competir. La Diputación se ha fijado en mi humilde persona y ha valorado un trabajo creativo, incesante.

-Profeta en su tierra en una difícil disciplina como es la magia.

-Sí. La magia tiene su dificultad. Un arte que tiene 5.000 años de antigüedad y que ha ido evolucionando. El mago quiere siempre sorprender, crear cosas nuevas, imaginar nuevos escenarios.

-¿Quién es su referente? ¿Quién es el mejor mago de todos los tiempos?

-Para mí el mejor mago es un español reconocido en todo el mundo, Juan Tamariz. Por su talento, por su alegría, por su capacidad de sorpresa, por su forma de comunicar. Es asombroso. Un ilusionista que convierte en realidad los sueños más imposibles.

-Asiduo en la televisión, ¿la pequeña pantalla es la mejor plataforma para dar a conocer el trabajo de mago?

-La verdad es que salir en televisión ayuda mucho. Participar en programas como El Hormiguero se convierte en trampolín para contactar y conectar con el público y te pueda reconocer la gente. Sin embargo, si no ofreces un producto de calidad, y no garantizas originalidad y no eres capaz de sorprender, por mucho que salgas en televisión el público no te responderá ni irá a ver tu espectáculo. La televisión sirve, pero tú eres el que tienes que aportar tu dosis de trabajo, talento y esfuerzo.

-Usted ha demostrado compromiso con su tierra, apoyando al sector citrícola en las movilizaciones recientes ante la crisis de la naranja. ¿Por qué?

-Lo hago porque lo siento así. Procedo de una familia humilde de la Vilavella que se dedicaba a la naranja. Sé lo que es podar los árboles, recoger la fruta... labores que hacía en verano, y conozco a familias enteras que se sacrifican para seguir adelante en un sector citrícola que lleva muchos años en crisis. Es muy importante ayudar a tu pueblo cuando te lo piden. Y más en cuestiones necesarias y vitales. Sigo muy vinculado a mi pueblo. Y quiero lo mejor para él. Y desde la Vilavella, por ejemplo, tengo mi taller de magia para innovar, inventar y ofrecer los mejores espectáculos de ilusionismo que uno pueda imaginar.