La tarde de Varea en Castellón fue histórica. El primer triunfo del torero fue llenar la plaza. Hacía años que no se vivía un ambiente así en una novillada y mucho menos, un domingo de Magdalena.

No le pesó la tarde, salió sin reservas desde el minuto uno, atacando cuando lo tenía que hacer, consciente de que no debía desaprovechar cualquier atisbo de nobleza por parte de los novillos. Sabía que en este tipo de corridas, la variedad es esencial, y la aplicó. Abrió todas las faenas de manera distinta, tanto en capote como en muleta. Incluso se atrevió con las banderillas, a sabiendas de que no es una suerte que domina. Ayer le salió casi todo, hasta manejó la espada con contundencia y mató algunos toros bien y por derecho. Y todo cuanto hizo, fue sobre la bandera del buen gusto y la personalidad de un torero artista. Y hasta le puso su parte de raza, en papel de novillero, como ese arranque de hinojos en el que llegó a torear muy despacio; o el gesto de irse a portagayola en el último cuando ya tenía la puerta grande asegurada.

Eso sí, enfrente tuvo una excelente materia prima: las ganaderías de Fuente Ymbro y El Parralejo. Importantes 1º y 4º de Fuente Ymbro, con fondo de bravura como este último, más encastado y con mayor movilidad. Destacaron de El Parralejo el segundo, que tuvo calidad, y el quinto, premiado con la vuelta al ruedo.

Castellón, domingo, 28 de febrero de 2016. Novillos de Fuente Ymbro (1º, 4º y 6º) y El Parralejo (2º, 3º y 5º), el quinto, de nombre Juaco, número 2, castaño, de 463 kilos, nacido en 09/12, de El Parralejo, premiado con la vuelta al ruedo. De buena presentación y juego en general. Varea, como único espada: Oreja tras aviso, ovación con saludos tras aviso, silencio tras aviso, oreja con fuerte petición de la segunda, dos orejas y silencio. Entrada: Más de tres cuartos.