Hermanos y hermanas banqueros: en la aún no pasada del todo crisis financiera e inmobiliaria, para evitar que el país se fuera a hacer puñetas la clase media y trabajadora debió asumir las barrabasadas que hizo nuestro sistema financiero y, además nos vimos obligados a soportar que la culpa había sido nuestra, por vivir por encima de nuestras posibilidades.

Se demostró que esto no había sido así, cuando con el dinero de nuestros impuestos tuvimos que rescataros. Hoy, la banca ya se entiende rescatada, aunque el dolor en las economías domésticas todavía se resiente.

Partimos pues de que los bancos están sanos y han aprendido la lección de que su dinero (que es el nuestro) deben gestionarlo con mucha más cabeza y no prestarlo a diestro y siniestro. Pues bien, ese va a ser el problema con el que nos encontremos una vez pasada la crisis del COVID-19 y entrada en la nueva recesión económica que se avista en el horizonte, que los bancos se nieguen a repartir el dinero (nuestro también) que les va a llegar desde la Unión Europea o desde nuestro propio Estado conformando el nuevo Plan Marshall para sacar a Europa de este lío.

Queridos hermanos y hermanas banqueros, ahora os toca a vosotros reaccionar correctamente y distribuir todos esos préstamos que no son para el consumo, sino para que las empresas vuelvan a funcionar como mínimo igual que antes del coronavirus. Si no lo hacéis así (que seguro que lo haréis correctamente) se os debería exigir la devolución de todo aquello que se os dio para rescataros apenas hace diez años, más los intereses correspondientes. De otra forma no sería justo.

*Abogado. Urbanista