El mes de noviembre es siempre un mes de música. En nuestro pueblo, como en tantos otros, las actividades en torno a la festividad de Santa Cecilia rinden homenaje a quienes nos llenan de melodías los momentos especiales que vivimos en el seno de nuestra comunidad.

En estos días, el incansable trabajo de los músicos se ve recompensado con las nuevas incorporaciones a la banda de música y con ellas un emocionante y cariñoso orgullo nos invade a todos por ver el esfuerzo que músicos y familias hacen año tras año por mantener viva la tradición que recibe con honores a quienes se suman a este proyecto que aúna notas, partituras, compañerismo, instrumentos y sentimientos a partes iguales.

Si la fuerza que anida en nuestros corazones es la que hace mantener viva la tradición en nuestros pueblos, es sin ninguna duda la música el alma que la empuja a viajar de generación en generación.

La Asociación Musical Virgen de la Ermitana es, y lo digo sin temor a equivocarme, una de las entidades locales con mayor reconocimiento por parte de todos, porque en nuestras celebraciones y en todos los momentos importantes nos acompañan, huyendo del protagonismo y haciendo gala siempre de su generosidad con el resto de colectivos y con el conjunto del pueblo de Peñíscola.

Su tarea docente, a través de la Escola de Música, se suma a su vocacional tarea de divulgación musical.

Además, contamos en Peñíscola con una Orquesta Sinfónica que lleva nuestro estimado nombre. Un honor que, sin duda, ponemos en valor en diversos encuentros musicales y el extraordinario Ciclo de Conciertos de Música Clásica cuyo plato fuerte es, precisamente, la OSP.

No puedo tener más que palabras de orgullo y agradecimiento para todos sus socios e integrantes; así como palabras de compromiso.

¡Por muchos años más de música!

*Alcalde de Peñíscola