No sé si es de Aristóteles o de Maquiavelo pero a ambos se les atribuye la frase de «la política es el arte de lo posible» y vaya si lo es… Porque posible está siendo que tres formaciones políticas con ideas y proyectos muy diferentes, a veces opuestos, sigan mal gobernando la ciudad de Castellón después de casi dos años. Y es posible porque solo les une su animadversión hacia todo lo que representa el Partido Popular.

Se han empeñado en aniquilar el pasado y se empecinan en construir un futuro basado en la división y el adoctrinamiento. Y ahí es donde esa política además de posible se convierte en peligrosa. Lo estamos viendo con la educación y los deseos secesionistas de los amigos del catalanismo independentista, véase, los dirigentes de Compromís.

Lo percibimos en el ámbito de la cultura, y los intentos por inculcar un pensamiento único a través de una cuidadosa programación en la que sólo tienen cabida aquellas manifestaciones culturales de un determinado signo, véase de nuevo el de Compromís. Y es que su afán por ideologizar todas sus acciones políticas y por adoctrinar a los ciudadanos les lleva a situaciones de esperpento como el de la implantación del requisito lingüístico para el acceso a la función pública valenciana. Y es un despropósito porque lo que tendría que valorarse como un mérito, como se ha hecho hasta ahora, se convierte en obligatorio para acceder a una plaza de funcionario. Un ataque más al principio de igualdad de oportunidades y a la libertad de elegir como el asestado a la enseñanza concertada y a la educación plurilingüe.

Y esta es la realidad que desgraciadamente vivimos a diario en la Comunitat Valenciana y en esta ciudad desde que gobierna la izquierda en connivencia con el nacionalismo radical. Y esta es la realidad del bipartito, la de unas amistades ciertamente peligrosas…

*Portavoz del Grupo Municipal Popular Ayuntamiento de Castellón