En la vida de una persona un año puede suponer un gran cambio o no significar nada. Cuando somos bebés, niños o jóvenes los años son decisivos porque estamos creciendo, aprendiendo... pero cuando nos hacemos adultos hay años que nos pasan sin pena ni gloria. “¿Ya ha pasado un año?”. Nos preguntamos muchas veces cuando se acerca un aniversario o las vacaciones. “Qué rápido pasa la vida…”, nos contestamos. Y esa percepción, diferente según seamos jóvenes o mayores, es similar a cómo vemos un año de legislatura dependiendo de si estamos en la oposición o en el gobierno.

Miren, desde la oposición mayoritaria en el Ayuntamiento de Castellón, es decir, desde el grupo municipal Popular al que represento, el año de gobierno de Amparo Marco y Enric Nomdedéu ha sido un año para el descuento. Un año perdido y un año que descontar en el prometedor devenir que tenía esta ciudad gracias al impulso de los gobiernos populares que precedieron al actual. Esa es mi percepción. Y obviamente ustedes pueden tener otra distinta pero si es así, voy a hacerles una reflexión. Piensen en todas aquellas expectativas que generó la izquierda hace un año, con imágenes de pactos entre distintas fuerzas, con la entrada de nuevos partidos en las instituciones, con la llegada de savia nueva, decían… piensen en junio de 2015 y ahora miren a su alrededor. Junio de 2016 ¿Qué es lo que ven? ¿Se han paralizado los desahucios? ¿Ha desaparecido la pobreza en esta ciudad? ¿Las familias planifican vacaciones de verano y cambian de coche y compran alegremente? ¿Los dependientes se sienten asistidos, protegidos, entendidos por la administración? ¿Los vecinos consideran que hoy participan más y mejor de la vida municipal? ¿El món de la festa valora positivamente este último año? ¿Los emprendedores opinan que hoy pueden realizar los trámites en el Ayuntamiento de un modo más ágil y eficaz? Ahora observen los recibos municipales ¿Pagan menos impuestos hoy que hace un año? La realidad es así de tozuda. Quienes hoy gobiernan la ciudad han echado el freno al impulso y la inercia que les dejamos los gobiernos populares. Por eso cuando miro hacia atrás y observo el año transcurrido, el año en el que mi hija abrió los ojos por primera vez, respiró, lloró por primera vez, el año en que ha aprendido a sonreír y a comunicarse conmigo y con su padre… veo que en ella la vida suma porque ella avanza, aprende, crece… Todo lo contrario que veo, con pena, en mi ciudad porque el año que ahora se cumple ha sido un año perdido, un año para el olvido y un año para el descuento. H

*Portavoz del grupo municipal Popular en Castellón