Se cierra una nueva edición del Mobile World Congress (MWC) repleta nuevamente de éxitos: asistentes, organización, movilidad, impacto en el comercio de la ciudad, escaparate de los emprendedores locales... La simbiosis entre el Congreso y Barcelona se ha hecho más intensa si cabe con la sola mácula de la huelga del metro. Este éxito es seguramente la mejor baza para pujar por la continuidad de este evento cuando finalice el actual contrato con los organizadores de la GSMA. Incluso el tiempo metereológico se ha aliado para seducir a los más de 107.000 visitantes.

De puertas adentro, el MWC ha actuado de caja de resonancia de los grandes debates del sector en este momento. La estrella ha sido la tecnología 5G, que abre grandes posibilidades al uso combinado de la inteligencia artificial con la comunicación móvil. La operación quirúrgica a distancia protagonizada por el doctor Antonio de Lacy del Hospital Clínic es un ejemplo clarificador. Conocemos las posibilidades de este avance pero el despliegue sigue bloqueado por la pugna sobre quién va a hacerse cargo de la millonaria inversión que exige. El segundo gran debate del MWC ha sido en torno al impacto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, de la que han sido víctimas algunas de las grandes empresas del sector, muy especialmente Huawei, a la que Trump acusa de hackear los datos de sus clientes.

Dentro de este éxito cabe señalar también que del certamen está consolidando Barcelona como un hub digital líder en la siempre lánguida Europa. Éxito, consolidación y liderazgo, los tres ejes del MWC que parece haber llegado a Barcelona para quedarse.