Querido lector, el sábado pasado la gente del PSPV-PSOE de la Plana Baixa me invitó a participar en un intercambio de experiencias y banco de buenas prácticas socialistas. Por cierto, a pesar de no haber limitación y cualquiera podía intervenir (fuera cargo público o no) y presentar la buena acción o propuesta que quisiera (se supone que siempre que fuera útil, ética…), opté por sentarme en la última fila y mirar y callar. Tan cierto como que, algunos, leerán este reseña y, como no me vieron, pensarán que me lo han contado.

De todas formas mi impresión fue positiva. Tan es así que, mientras escuchaba, pensaba que este tipo de actos colectivos se deberían celebrar de una forma permanente. Entre otros motivos porque el PSPV-PSOE es un partido que tiene mucha presencia institucional y, junto a la gente con experiencia y solvencia acreditada, también aparece el/la novato/a que solo tiene buena voluntad. Pero, además, algunos agradecerían más este sistema que el de escuchar o leer infumables discursos o interminables y abstractos tochos. Aunque, eso sí, como no podía ser de otra forma, también hubo que tragarse a quien lejos de seleccionar y exponer dos o tres buenas prácticas se dedicó a contar como le va.

Querido lector, reconozco, porque era inevitable, que mientras escuchaba mi cabeza se llenaba de experiencias y procedimientos que, en algún caso, eran ejemplares y recomendables. No obstante, teniendo en cuenta la realidad de España y aun sabiendo que el objetivo esencial de la acción política es algo exterior a los partidos, al PSOE, es el ciudadano y todo lo que le ayude a una vida digna, si hubiera tenido que sugerir una buena práctica o quehacer aconsejable, ahora, hubiera sido un trabajo interno y de partido. ¡Sin duda! Hubiera solicitado y solicito que la militancia, los órganos de dirección, todos y a todos los niveles del PSPV-PSOE, se esfuercen en organizar la consulta a la base sobre el acuerdo para el gobierno, sobre el eventual pacto para la formación de un gobierno reformista y progresista que permita la gobernabilidad (en caso de que eso llegue o sea posible). Y es que, durante años hemos dicho que uno de los motivos de la crisis de la política, de la desafección ciudadana e insatisfacción con la democracia, tenía que ver con la falta de participación de los afiliados de los partidos y de los ciudadanos en las cuestiones esenciales del país. Bueno pues, ahora, y con esta consulta en el PSOE, se puede y se debe sentar un precedente que ayude al conjunto de la sociedad y, en concreto al PSOE, a hacer de la política algo más abierto y más útil a la causa de la igualdad. H

*Experto en extranjería