Cuando el pasado 2 de febrero el actor Jesús Vidal recogía el premio Goya al mejor actor revelación con la película de Javier Fesser Campeones, el país se paraba. Fue un momento histórico. El discurso de Jesús, lleno de emotividad y donde mencionaba a cada uno de sus compañeros en la película y acordándose de sus familiares y toda la gente que le apoyó en el largo camino hasta llegar hasta allí, emocionó a todos los asistentes y a los que en ese momento lo estaban viendo por el televisor.

En el discurso, Jesús, lleno de humanidad indicaba: «Ustedes han reconocido como mejor actor revelación a un actor con discapacidad, no saben lo que han hecho». No, Jesús, para nada. Sí saben lo que han hecho, No eres un actor con discapacidad, eres un actor con capacidad diferente.

Tres palabras marcaban además su discurso: «inclusión», «diversidad» y «visibilidad». Hemos de pararnos y analizar detenidamente cada una de ellas.

Inclusión. Es la capacidad de integrar a todas las personas en una misma sociedad. Todos deben tener las mismas oportunidades. Simplemente unos tienen una capacidad diferente, pero deben tratarse por igual. La inclusión debe empezar por el eslabón más bajo, la educación, con sistemas educativos diseñados para tener en cuenta la amplia diversidad de características y necesidades existentes.

Diversidad es la diferencia entre personas, las cuales debemos ir eliminando porque no hay distinción que valga.

Visibilidad es la posibilidad de divisar. Hemos de darnos cuenta y ver a las personas con capacidad diferente porque tienen un corazón tremendo.

Yo que he tenido la suerte de realizar actividades conjuntamente con ellos puedo decir que son tremendamente agradecidos, con un espíritu de superación enorme que contagia a cualquiera, a mí por lo menos, y siempre que me pidan algo, allí estaré para ayudarles.

CADA 3 DE DICIEMBRE se conmemora mundialmente el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y la efeméride persigue el objetivo de la inclusión y la difusión para evitar que las barreras culturales sigan dejando de lado a las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Incluir a las personas con discapacidades en las actividades cotidianas y animarlas a que tengan roles similares a los de sus compañeros que no tienen una discapacidad es lo que se conoce como inclusión de personas con discapacidad. Todos los días deberían ser 3 de diciembre.

Como dijo el famoso físico británico Stephen Hawking, «la discapacidad no debería ser un obstáculo para el éxito. Yo mismo he sufrido una neuropatía motora durante la casi totalidad de mi vida adulta, y no por ello he dejado de desarrollar una destacada carrera profesional como astrofísico y de tener una feliz vida familiar».

Y cuánta importancia tiene la palabra en el trato hacia personas con discapacidad, que no minusválidos, como hemos podido oír desafortunadamente en algunas ocasiones. En el mundo de la discapacidad todos deben intervenir: gobiernos, medios de comunicación, asociaciones, normativas, la sociedad en general, y deben hacer un esfuerzo para referirse a las personas con discapacidad de forma correcta, ya que la importancia de la palabra en el trato hacia personas con discapacidad se ha de tener siempre presente y respetar el lenguaje que se emplea.

Lo primordial: no herir con nuestras palabras a otras personas. No menospreciar ni minusvalorar sus capacidades. Por eso, quiero hacer especial hincapié en explicar, modestamente, las diferencias y connotaciones que tienen los términos discapacitados frente a personas con discapacidad.

Hoy en día los términos discapacitados, minusválidos, inválidos, minusvalía, persona con diversidad funcional, retrasados, tullidos o incapacitados deben ser sustituidos y eliminados de nuestro lenguaje, y utilizar otros más correctos. Lo ideal es sustituir esos vocablos por persona con discapacidad o personas con movilidad reducida... Personas con capacidad diferente.

Hablar de capacidades diferentes es un eufemismo que no reconoce la diversidad, puesto que al fin y al cabo, todos tenemos capacidades diferentes.

Por este motivo, quiero terminar este artículo indicando y solicitando que a partir de ahora, y a ver si la película Campeones nos hace reflexionar y pensar, cambiemos el denominador de personas con discapacidad por el de capacidad diferente porque todos somos capaces. Y es que la discapacidad no debería ser nunca un obstáculo para alcanzar el éxito.

Y también otra cosa que pediría a los políticos: hagamos políticas inclusivas, pero no hagamos política de la capacidad diferente. No son solo un puñado de votos.

*Presidente de la Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Castellón (Coasveca)