Esta ciudad tiene deseo de futuro. Castellón es y quiere ser capital, quiere crecer y desarrollarse en progreso, quiere lograr las oportunidades a las que tiene derecho y se merece, quiere igualdad, quiere justicia, quiere solidaridad. Castellón aporta mucho a la caja común del Estado y quiere recibir lo que le corresponde. No somos más, pero tampoco menos. Y vamos a defender esa exigencia ante quien corresponda.

Ha llegado el momento de decir las cosas alto y claro. No vamos a callarnos si eso significa renunciar a nuestro derecho a avanzar para que todas las castellonenses y todos los castellonenses avancen. Por eso, con esa intención, y con esa intencionalidad, estamos demandando al Gobierno central la agenda de Castellón, las reivindicaciones históricas que desde Madrid se nos niegan.

No puede ser de otra manera. Han sido muchos años de marginación, años en los que los gobiernos de Castellón vivían en una fatua autocomplacencia. La derecha tenía unas prioridades que no eran las de la ciudad. Gobernaba para minorías interesadas y despreciaba la voluntad general. Prefería lo suyo a lo de todos. Un gran error que ha tenido consecuencias graves para la ciudad, porque ha frenado, por no decir que ha impedido, que Castellón mejore y prospere.

Pero las cosas ahora sin distintas. El Gobierno municipal tiene la responsabilidad de alzar la voz y defender las inversiones estratégicas que han de contribuir al relanzamiento de la economía, a la creación de empleo y, en definitiva, al bienestar de la ciudadanía. Es lo que estamos haciendo con el Gobierno de la Generalitat, que respondió a la primera a las demandas de Castelló, y es lo que llevamos intentando hacerle comprender al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, desde el primer minuto en el que accedimos al gobierno de la ciudad. Sin ningún éxito.

No se trata de alimentar polémicas estériles, que no contribuyen más que a crear titulares beligerantes y llenar páginas y páginas de diario, sino de poner en evidencia el déficit inversor con la ciudad de Castellón. Una realidad que nadie puede maquillar, por mucho que alguna dirigente popular con ínfulas quiera vendernos una moto vieja y sin gasolina como si fuera la de Marc Márquez.

Castellón quiere que el Gobierno central invierta en nuestra ciudad lo que es justo. Castellón quiere que el Corredor Mediterráneo sea una prioridad. Castellón quiere que llegue el AVE. Castellón quiere una doble plataforma ferroviaria con Valencia. Castellón quiere unos trenes de Cercanías dignos con el norte de la provincia. Castellón quiere que se eliminen los peajes de la autopista. Castellón quiere el acceso sur al puerto. Castellón quiere lo que le corresponde.

Esto es lo que #Castellónquiere y, parece ser, es lo que el Gobierno central no quiere. Triste y lamentablemente.

*Alcaldesa de Castellón