Querido lector, Le Cercle Socioculturel Francophone de la Vall d’Uixó, o la Asociación Francófona de la Vall d’Uixó, como popularmente se conoce, es una asociación con gente diversa, sin fin de lucro, que funciona con el trabajo voluntario de unos afiliados y que, además, pagan una cuota anual de 15 € y se reúnen una vez al mes (todos los últimos sábados por la tarde) para planificar acciones que sirvan al objetivo de la francofonía: el de ayudar a mantener, ampliar, mejorar o iniciarse en el uso o conocimiento de la lengua francesa y su entorno cultural. Aunque, se ha de reconocer, que más allá de las obligaciones que puedan imponer los estatutos, o de las tareas que aconseja la razón, en estos últimos años eso que se llama suerte pero que, realmente, suele ser preocupación o trabajo, ha permitido conectar a la Francófona con el Instituto Francés de Valencia y, en consecuencia, acercar a la Vall d’Uixó actividades (conferencias, exposiciones, películas, conciertos... etc.) de indudable valor cultural. Tanto es así que, entiendo que no exagero, si digo con toda la humildad que la Asociación Francófona de la Vall d’Uixó mantiene presencia pública estable, reconocida y de cierto interés social.

Pero, en esta ocasión, la cosa es diferente. El asunto va más allá. Es decir, siguiendo su habitual popularización de la francofonía, la Asociación se ha salido de los círculos francófonos y ha participado en organizar para mañana día 7 de abril, a las 10 de la noche, en el Teatro Principal Carmen Tur de la Vall, un concierto de la Banda Municipal de Castellón. Un concierto, y por eso digo “ha participado”, que no hubiera sido posible sin la colaboración entre los Ayuntamientos de la Vall d’Uixó y Castellón, la propia Banda Municipal y la Comisión de Fiesta de San Vicente que ha tenido a bien acogerlo en el marco de sus fiestas anuales y patronales. Momento que aprovecho para transmitirles, a todos ellos, merecida gratitud.

Por cierto, no quisiera terminar sin decir que, además de proponer el acto, lo que sí ha hecho la Asociación Francófona es solicitar (ni condicionar, ni elegir, ni indicar) un programa que fuera representativo de la belleza y convivencia de las dos culturas. Por eso, en este último párrafo, antes de terminar, invito a la presencia de los ciudadanos y agradezco, de forma particular, a quien ha seleccionado esas piezas y ha hecho posible que comience el concierto escuchando que piensa un francés como George Bizet del amor de una gitana sevillana y, después de pasear bajo el cielo de París o dar un vistazo al Moulin Rouge, termine con la pasión y el fuego del Amor brujo de Falla o el perfume de una zarzuela. H

*Experto en extranjería