En junio llega el final del curso escolar. En julio la oferta de actividades de verano es amplia, y en agosto, casi inexistente. Las familias hacemos lo imposible para tener a los niños cuidados y ocupados, con los abuelos, canguros o actividades durante los tres meses de vacaciones, pero las horas de ocio aumentan y, como un efecto dominó, el consumo de medios también. Habitualmente un consumo en solitario, sin la supervisión de un adulto. Si buscamos medios de información para pequeños y jóvenes, la oferta es escasa, y es cierto que es una asignatura pendiente.

Pero desengañémonos, el consumo de entretenimiento es lo que gusta más a los pequeños. Según el informe de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) 2019, el 31,8% de las casas tienen tabletas y el 95,2% de los hogares también tiene móviles --por cierto, cada vez hay más niños con móvil desde los 10 años, y resulta curioso que el informe considere solo la audiencia a partir de los 14. ¿Y la franja de 2 a 13? ¿Cómo conocemos sus intereses y consumos?--.

Otros estudios indican que los más pequeños de la casa también están conectados con el mundo on line pocos años después de nacer: el 64% de los niños entre 2 y 5 años y el 78% de 6 a 11 años utiliza la tableta. Entre los 2 y los 11 años tienen un consumo semanal de 22 horas y 41 minutos. El tiempo desciende en el caso de los jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años (19 horas y 12 minutos semanales) y Youtube ya es su fuente preferida para ver vídeos on line. Desde el 2016 disponemos de la versión Youtube Kids que permite un control parental (tiene reconocimiento de voz para que puedan buscar sin escribir y temporizador para limitar el tiempo de uso). Les gusta seguir a youtubers y jugar a videojuegos, pero sobre todo cambiar y viajar de un contenido a otro sin pausa.

Los cambios de consumo y de soportes son una realidad, el móvil y las tabletas están ganando la batalla a la televisión tradicional y, por tanto, más que nunca hay que vigilar qué contenidos consumen los niños y jóvenes, qué publicidad les llega a los dispositivos que tienen a su alcance, en qué redes sociales participan y qué contenidos comparten, así como en qué videojuegos juegan. Por todo ello, es primordial que los adultos les orientemos y guiemos para aprovechar el tiempo con contenidos educativos y didácticos.

*Profesora