Querido lector:

El Villarreal CF tiene hoy un doble reto. El primero, confirmar que el bajón de juego que se le ha detectado al conjunto amarillo en los últimos encuentros (aunque Marcelino diga que solo en el partido contra Las Palmas, han sido más) es fruto de las malas rachas que a todos los equipos les suceden a lo largo de la temporada. Y el segundo, hacer un buen resultado en casa que le permita superar en Alemania la eliminatoria europea ante el Bayer Leverkusen, que situaría al Villarreal en cuartos de la Europa League.

Un doble reto complicado, sin duda. La superación del primero lo doy por hecho sea cual sea el resultado siempre que el técnico asturiano y su flor consiga que la media amarilla funcione, la dote de perfiles adecuados que sepan tener el balón y distribuirlo a los puntas. Y para eso es básico recuperar el juego de Trigueros, muy irregular y en baja forma toda la temporada. Bruno no lo puede hacer siempre todo.

Porque por entrega y lucha no es. Ni lo fue contra Las Palmas ni lo va a ser contra el conjunto alemán. Los jugadores lo dan todo en cada partido y hoy lo darán más si cabe. De ahí que los pitos (pocos, pero dañinos) que sonaron en el Madrigal en el último encuentro sean los más injustos del mundo. Falta esa estrategia e indicaciones técnicas que hacen que el enorme esfuerzo de los jugadores se vea compensado, pero pitos no, por favor. La extraordinaria temporada amarilla, cuartos en Liga a 8 puntos del quinto, es causa sobrada para la ola de la grada, demasiada acostumbrada quizás al elevado nivel del Villarreal.

Es más, si la afición esta noche se alía con el equipo como siempre lo ha hecho y mejora un poco el acierto de Soldado, Bakambu, Batistao o Adrián, el tropiezo del sábado en Liga se habrá olvidado y se conseguirá renta suficiente para la vuelta en Alemania, ese segundo reto que situaría al club groguet en puertas del cielo internacional.

Hoy el Villarreal debe salir a ganar frente al difícil bloque alemán. Y la afición debe acudir al campo a animar y animar. Los que no lo entiendan, que se queden en casa.