Durante una hora, puntual y con estricto cumplimiento de los tiempos establecidos, se desarrollaba esta semana en Peñíscola el primer debate sobre el estado del municipio en sesión plenaria extraordinaria.

Ya lo hice en el encuentro, pero quiero reiterar a los grupos mi agradecimiento por su participación e insisto en apelar a su responsabilidad para valorar lo conseguido y realizar propuestas para sumir los retos de futuro que plantea la ciudad.

Algunos prefirieron montar un teatrillo, insultar y hacer anuncios de futuro sobre cuestiones que no son competencia municipal o, incluso, temas que ya están en marcha. Francamente, creo que aún no han hecho el esfuerzo sereno de tratar de entender que la gestión y gobernar exige poner los pies en el suelo, sentido común, sinceridad y, sobre todo, sentido de la responsabilidad.

Sin embargo, sigo en el empeño de apostar por el diálogo. Insisto en que debemos confiar en que en los próximos meses dejarán de lado su obsesión por la cita electoral de 2019 y se pondrán a trabajar, con rigor y sin aspavientos, con diligencia y sin engaños a la ciudadanía, para mejorar de forma conjunta, consensuada y realista nuestra ciudad.

Cierto es que quedan muchos retos por conseguir --trabajemos juntos por ello--, como cierto es que estos dos años --como en los anteriores-- la implicación y los esfuerzos nos han llevado a conseguir grandes cosas, a avanzar y a mejorar.

Defiendo la estabilidad y eficiencia en la gestión frente a las desavenencias y las guerras internas que, a ojos de todos, están protagonizando los grupos de la oposición. No parecen tener más problema ni aspiración que postularse como candidatos --eso sí, sin primarias-- para ver cuál es el camino más corto para conseguir el poder. Me apena que así pierdan la oportunidad de servir a su pueblo, pero insisto en mi voluntad de contar con las capacidades y el compromiso de todos.

*Alcalde de Peñíscola