¿Qué le importa a Rajoy? El aire aún olía a fracaso. Había naufragado su segundo intento de investidura, el pacto con Ciudadanos hacía aguas y el PSOE, pese a las presiones del poder económico y mediático, no había rendido su abstención. Y en esas, saltó la noticia bomba: el exministro Soria era propuesto por el Gobierno como director ejecutivo del Banco Mundial. El de los papeles de Panamá. El mentiroso contumaz. El hombre que avergonzaría a cualquier gobierno decente. Un premio para el canalla. Un desprecio más a los ciudadanos. ¿En qué piensa Rajoy? ¿A quiénes defiende? ¿El PP es un partido o una suerte de sindicato organizado de intereses espurios? Deberíamos aclararlo. También para saber qué defienden todos los que apoyan, por activa o por pasiva, su investidura.

Sánchez ha exhortado a tener “altura de miras y generosidad”. Palabras acertadas. Con ellas mediremos a Iglesias, a Rivera y a él mismo. Ya vale de arengas encendidas que solo ocultan cálculos cicateros. Ya vale de pactos que nacen muertos, de tomaduras de pelo. Rajoy y su panda pueden aguantar unas terceras elecciones y lo que haga falta. Siempre hallarán un sillón desde el que reírse de nosotros. Dependemos de la generosidad de tres líderes que se tambalean. Supuran debilidad, desconfianza mutua y, sin embargo, tienen la posibilidad de arrojar algo de decencia. Es paradójico. También lo es que votemos a quienes no les importamos. H

*Periodista