Fue la única sufragista del mundo que consiguió el voto femenino desde un escaño parlamentario y de las primeras abogadas en ejercer. Clara Campoamor es una de aquellas mujeres por las que es necesario conmemorar el 8 de marzo como día de la lucha feminista. Defendía que «la libertad se aprende ejerciéndola», y esto es lo que debemos transmitir a todas las mujeres del mundo. Ejerzamos la libertad femenina, la violeta, aquella por la que ellas lucharon y que nosotras debemos consolidar. No demos ni un paso atrás en la conquista de nuestros derechos y no permitamos que nadie nos haga retroceder en el tiempo hacia épocas donde los hombres decidían sobre nosotras, pero sin nosotras.

Quiero que entre todas y todos construyamos una sociedad que rompa los techos de cristal, haga desaparecer la desigualdad salarial y eduque en igualdad a las futuras generaciones para que repulsen de manera intrínseca la violencia machista. Este es el país que quiero y por el que voy a trabajar con todas mis fuerzas. Las instituciones públicas tenemos una responsabilidad esencial en este arduo camino hacia la igualdad real, la cual debe ser una cuestión de Estado firme e innegociable.

Esto no se puede conseguir sin vosotras, sin vosotros. Debemos alzar la voz de forma unánime y decir no. No al sistema patriarcal que limita a las mujeres, no a los micromachismos, no a los perjuicios y a las imposiciones sociales, no a aquellos que criminalizan la labor de los que trabajan por la igualdad, no a la discriminación por razón de género, no al acoso laboral y callejero, no a las humillaciones, no a los abusos sexuales, no a los malos tratos, no a las violaciones y sobre todo, no a los asesinatos de mujeres por parte de hombres. Es tanto lo que nos queda por luchar que retroceder seria un error histórico que no nos podemos permitir. No podemos defraudar aquellas mujeres que lo dieron todo por alcanzar los derechos que ahora poseemos.

Son indudables los avances en materia de equidad. El engranaje para empoderar a las mujeres está en marcha y no vamos a permitir que nadie lo detenga. Me genera optimismo observar como ahora tanto mujeres jóvenes como mayores lo analizan todo a través de sus gafas violeta, se cuestionan ciertas tradiciones o reglas sociales, emprenden sus negocios con ilusión, crean obras transgresoras, estudian y se dedican a aquello que aman. Nos hemos reafirmado como líderes empresariales, políticas, sindicales, académicas y de opinión y referentes en el mundo del arte, la ciencia y las humanidades.

COMO EXPRESA la escritora nigeriana y referente mundial feminista, Chimamanda Ngozi Adichie, «todos deberíamos ser feministas». No se trata de una moda pasajera, esta lucha ha venido para quedarse en la conciencia de aquellas mujeres y hombres aliados que apuestan por el progreso, la democracia y los derechos humanos. Adichie anima a tomar partido desde la infancia, a educar en los valores de respeto, paridad y conciencia social. Hago mías sus palabras. Todos los días debe estar presente el espíritu del 8 de marzo, porque nuestra libertad no se negocia, se ejerce y se defiende. Somos imparables.

*Alcaldesa de Castellón