Castelló y sus comarcas, estas tierras valencianas norteñas y abruptas con fértiles llanos costeros, siempre estuvieron en el mapa. Aquí hubo desde el siglo XIX trabajo y naranjas, sudor e introducción de la baldosa hidráulica y, durante las últimas décadas, el equipo de fútbol de Vila-real.

Todo se ha conocido y se conoce en los cuatro puntos cardinales de nuestra Europa. Bien es verdad que en los tres o cuatro primeros lustros de este milenio se ocuparon de nosotros los principales medios de comunicación europeos por razones bien distintas. Entre ellas, el «aeropuerto del abuelito» y un determinado estilo de ejercer el poder de forma autoritaria y caciquil mediante artimañas y discursos populistas. Luego se acaba donde se acaba: a lo peor, entre rejas. Aunque el caciquismo, el autoritarismo o el populismo engañoso pueden ustedes, vecinos, encontrarlos sin demasiada dificultad en Sebastopol, en Hamburgo, en la verde Francia y en Regio Calabria, sin ir más lejos, sin necesidad de viajar a los feudos del presidente Trump .

Y esto no significa ni por asomo que toda la clase política apeste, porque aquí y acullá todos sabemos que no es verdad: los casos de corrupción representan las flaquezas de la democracia, pero las dictaduras de cualquier signo vienen a ser la corrupción absoluta.

De ello tiene claro conocimiento y conciencia Carmina Ferré , la protagonista de Ilustrísimo Canalla , la novela histórica de Basilio Trilles , que acaba de aparecer en el mercado de la lectura. Basilio se ocupa desde hace bastantes años, y con acierto, de la narración histórica en un pasado reciente. Uno, vecinos, leyó en su momento con deleite, dada la buena documentación histórica del narrador, su El español en la foto de París , que gira en torno al papel de los republicanos españoles en la liberación de la capital francesa, y Tiempo de valientes , sobre la figura de Blasco Ibáñez y la actuación del escritor valenciano en los sucesos de la Guerra del 14. Aunque la temática de la recién aparecida novela, la del canalla, siendo una temática histórica, lo es también de rabiosa actualidad en Castelló, en Leipzig y Budapest, en Cáceres y Varsovia, y en Carolina del Norte y New Hampshire.

Y es de rabiosa actualidad, de un lado, por la temática de la novela: el caciquismo, la corrupción y sus secuelas; y, por el otro no menos importante, por el valor literario que uno descubre en la narración de Trilles. No se trata tan solo de la utilización de un lenguaje bien trabajado, claro y natural, como el que exigía ya en el siglo XVI Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua , que Trilles hace suyo, sino también de la creación de una protagonista, Carmina Ferré, la castellonense con entereza de ánimo que no cede a la presión social; la periodista enamorada de un guardia civil con el que departe momentos de ternura, la hija del pescador del Grau que nos recuerda una y otra vez la barquilla de su padre luchando contra viento y marea, la antihéroe –según la Teoría de la novela de Georg Lukács – en «un mundo abandonado por Dios en el que el hombre se degrada y es incapaz de alcanzar el absoluto, el bien y la justicia».

En fin, vecinos, una lectura amena y distendida, y un valor literario y temático que llega al Pla de Lluch y al Mas de les Orenetes, a l’Alcalaten y a la Alpujarra, a Kiev y a la ciudad autónoma de Melilla, pasando por Bucarest y Alepo. Cualquier día de estos aparecemos una vez más en el mapa, debido a Basilio Trilles. Y luego dejamos solo para la memoria los aeropuertos de abuelitos o los mundos de desilusión en la Ribera de Cabanes. H