A todos los políticos, ahora que estáis en campañas electorales: a ver si os enteráis ya de una vez que nuestros hijos se están muriendo. Que el cáncer infantil necesita de inversión para su investigación. Que ningún niño debería pasar por un hospital. No necesitamos que nos llenéis los buzones de propaganda electoral. Necesitamos que os gastéis ese dinero en ayudarnos a salvar vidas.

Sé que mis palabras pueden herir, pero estamos hartos de ver a nuestros niños luchar diariamente por su vida. Muchos de ellos están pasando por cirugías terribles y tomando medicaciones que son auténticas bombas para ellos. Vemos a nuestros hijos terminando postrados en una cama sin poder mover un músculo, sin poder hablarte, sin poder gritarte qué les ocurre. Vemos como sus órganos empiezan a fallar. Vemos vómitos, a veces con su propia sangre, porque la medicación les ha reventado por dentro, vemos fiebres terribles, vemos como su pelo se cae y la impotencia y el dolor te va matando por dentro sin poder hacer nada...

Hemos tenido que ver como nuestros hijos arrastraban sus piernas para poder llegar a un sitio a sentarse. Y les hemos visto también la cabeza abierta toda llena de grapas, enchufados a máquinas, tubos por la boca, gomas por sus partes... ¿Saben lo que es eso?

SON PADRES Y MADRES destrozados, tirados en el suelo llorando de impotencia, rezando en una sala con un aparato al cuello esperando a que alguien les diga que todo está bien. Son padres y madres que, mientras esperan, han tenido que ver como a otros papás les daban la noticia de que su hijo se había ido para siempre. Son lágrimas y sobre todo dolor, mucho dolor.

Sé que no sois magos, señores gobernantes, pero sí que tenéis el poder de que las cosas cambien. ¡Dejad de prometer y prometer, y actuad!

No comparéis el cáncer de adultos --al que gracias a Dios está habiendo muchos adelantos-- con el cáncer infantil. El cáncer infantil lo estáis abandonando. Y nuestros hijos no se merecen una muerte tan cruel. Necesitan volver a ser niños. Necesitan crecer y disfrutar de esta maravillosa vida. Ningún papá debería enterrar a un hijo.

¡Así que dejad de mirar a otro lado y haced algo! Dejaos de mítines absurdos, de cenas de partidos, de poneros a parir unos y otros y actuad.

Muchas son las asociaciones y fundaciones que luchan contra este maldito asesino, cada una de ellas esforzándose en recaudar fondos y alzando la voz . Pero no es suficiente. ¡Necesitamos ayuda por parte del Gobierno! Necesitamos un periodismo que nos ayude y cuente la realidad, televisiones que dejen de sacar programas absurdos y de cotilleos y cuenten está realidad tan atroz.

*Madre de Lucía, una niña de 7 años que murió como consecuencia de un cáncer incurable, el DIPG