Vicent Andrés Estellés escribió un poema que citan muchos políticos de izquierdas cuando llegan al poder y enarbolan la bandera social como nadie: «Assumiràs la veu d’un poble i serà la veu del teu poble, i seràs, per a sempre, poble, i patiràs, i esperaràs, i aniràs sempre entre la pols, et seguirà una polseguera...».

Precioso, pero es que resulta que asumir la voz del pueblo es incompatible con la mentira, con la mezquindad, con el engaño. Es incompatible con la manipulación de los medios de comunicación, con la «monitorización» de la opinión pública.

A estas alturas, nadie duda de que el Gobierno de Sánchez ha hecho tarde, se reían de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud, prefirieron mantener su agenda política en lugar de hacer acopio de material de protección para personal sanitario y para el pueblo. Eligieron su ideología antes que la salud y, ahora, hablan de escudo social, el escudo social era la responsabilidad y la prevención. Pensaron que con sus comparecencias bolivarianas diarias, eternas, iban a convencernos de que todo estaba bien, mientras las voces de los sanitarios reclamando material de protección eran un clamor, seguían ocultando datos, manipulando informes, estadísticas, riéndose del pueblo.

Lo que ocurre, es que cuando las cosas se hacen tan rematadamente mal es imposible esconderlo. Compra de mascarillas y test sin licencia y coste abusivo, el doble de su valor, a empresas que se dedican a la cosmética (ya nos enteraremos de qué intereses económicos hay detrás), mascarillas fake, cucarachas en las cajas de material de protección que usan nuestros sanitarios, provocando el porcentaje más alto de contagios entre este personal de todos los países, intervención de los precios del material sanitario, provocando desabastecimiento (muy comunista esto).

Han politizado el CIS, RTVE, la Fiscalía, el CNI, han limitado el control parlamentario y mediático y las críticas en las redes sociales, suponiendo un ataque directo a los principios democráticos y a uno de los derechos fundamentales más importantes: la libertad de expresión.

Pretenden hacer una desescalada sin test para la población, no sólo no se hacen por el gobierno, sino que han prohibido que cualquier ciudadano lo haga de forma privada. No cuentan a los muertos, nos dicen que hay 23.000 fallecidos, nos mienten sobre la causa de la muerte, y aún así debe haber tres veces más. No sé lo que entiende la izquierda de este país por asumir la voz de un pueblo.

Me parece que lo que han asumido es el poder a costa del pueblo, vejando al pueblo, callando a un pueblo, será la justicia la que les haga pagar, pagaremos todos, pero por dignidad, por justicia, los muertos también son pueblo.

*Diputada provincial del Partido Popular