Querido/a lector/a, creo que fue el lunes pasado y en este periódico, cuando en un artículo de opinión firmado por Tania Baños, la alcaldesa de la Vall d’Uixó, de mi pueblo, leí una frase de esas que por su significado o sentir la incluiría entre mis favoritas. Me refiero, por centrar la cuestión, a una que decía algo así como «no nos conformamos con gestionar rutina, una ciudad moderna necesita actuaciones valientes».

Digo con ello que si es una de mis frases favoritas es porque es una de las que mejor representa y resume lo que debe ser el buen gobierno de la cosa pública y municipal. Tanto es así que, según mi criterio y sin querer ofender a nadie, se debería grabar en la frente y en las fachadas de los cargos y los edificios públicos municipales. Y es que, simplemente gestionar o gestionar rutina y además hacerlo bien, es la obligación de cualquier concejal/a y alcalde/sa demócrata de izquierda y de derechas. Aunque, eso sí, es evidente que ese quehacer no va a transformar la ciudad ni a situarla en parámetros esperanzadores y competitivos de futuro. Incluso, se puede decir con toda seguridad, que para esa tarea no hacen falta ni elecciones ni políticos electos porque lo podrían hacer los funcionarios respondiendo a las entradas de los registros y ajustando las soluciones al marco legal. Sin embargo, gobernar es otra cosa: es ir más allá de tan obligatoria como simple y poco transcendente gestión de la rutina. Es atreverse a pensar el futuro de nuestras tierras y gentes con soluciones valientes y de mañana. Es tener conciencia de que el devenir no se espera ni se venera, sino se construye. Es planificar y tener un proyecto que genere esperanza en el porvenir porque aporta soluciones a los retos que nos esperan. Es saber utilizar desde la cooperación las competencias propias y las de otras instituciones relacionadas. Es, en definitiva, y como dice Tania, la alcaldesa sociata de la Vall, no caer en la gestión de la rutina.

*Analista político