Querido lector:

Ocurre en todas las convocatorias electorales, pero en esta parece que más. Y es que la evolución es progresiva. El incremento ya comenzó a registrarse en las convocatorias del año pasado, tanto en las elecciones municipales y autonómicas de mayo como en las generales de diciembre. Y por lo que estamos comprobando, para los comicios de junio el aumento es mayor.

Me refiero a las cada vez más intervenciones por parte de las Juntas Electorales a la hora de dirimir conflictos relativos a la campaña electoral y al papel de los partidos en el gobierno y en la oposición de las diferentes instituciones públicas: ayuntamientos, diputaciones o Generalitat durante la misma.

Todos los días tenemos alguna reclamación y todos los días tenemos alguna resolución al respecto. Y en casi treinta años de profesión, les puedo asegurar que nunca había visto tantas y tan dispares. Desde la prohibición de una rueda de prensa (a la alcaldesa y vicealcalde de Castellón), a la prohibición del boletín de información municipal al Ayuntamiento de Vila-real, a la advertencia de hacer comunicados institucionales al presidente de la Diputación o a la investigación al presidente de la Generalitat por un acto público con agentes sociales.

Hasta tal punto hemos llegado que el recurso, la protesta o la impugnación de cualquier actividad institucional se ha convertido en una acción más del marketing político de la contienda electoral como reacción a la utilización de la acción institucional también como maquinaria política electoral.

Es decir, si al partido contrincante le puedo impedir el más mínimo beneficio de repercusión pública de su actividad, lo hago. Sea del color que sea el recurrente o el recurrido. La causa es clara. La ética en elecciones deja bastante que desear cuando lo que está en juego es mucho, cuando la importancia de los mínimos porcentajes es crucial para lograr representación, cuando el escenario político se ha diversificado y cuando, en consecuencia, la radicalidad y la susceptibilidad políticas están a flor de piel.