Estos días, coincidiendo con el 20 aniversario del asesinato a sangre fría de Miguel Ángel Blanco, he comenzado a leer el libro Patria, de Fernando Aramburu, una de las frases que hasta el momento me han impactado es la que dice el hijo de Txato, asesinado por los criminales de ETA, «Parece que en lugar de enterrarlo lo estamos escondiendo». Ni siquiera las víctimas de ETA podían enterrar con dignidad a sus muertos asesinados, mal mirados, con miedo, parece que en lugar de víctimas fueran ellos los verdugos, esa es la realidad y no otra. Hubo un tiempo que unos mercenarios armados y protegidos por parte de la sociedad civil se dedicaban a matar a gente, o porque no pensaban como ellos o porque no les daban dinero para matar a la gente que no pensaba como ellos, que tenían un negocio montado bajo la tapadera de no se qué lucha. Esa es la explicación que les daré a mis hijos cuando me pregunten. Cuando mataron a Miguel Ángel Blanco yo tenía 23 años, recuerdo la conmoción de esas horas en las que todo el mundo salió a la calle, en todos los sitios a decir que ya estaba bien. El día que lo mataron se suicidaron ellos, despertó la sociedad, pero no podemos olvidar que ETA se ha cargado a 829 personas, lo que se olvida no se lamenta, y hay mucho sufrimiento detrás.

Esta semana, en la Diputación hemos recordado el espíritu de Ermua, lo que significó que los partidos se unieran y se comprometieran con la libertad y con la vida, también se hizo en otras instituciones. Sin embargo, en otros ayuntamiento de la provincia, en los que se cuelgan banderas de todos los colores, desde el apoyo al pueblo saharaui, LGTBI, bullyng..., cosa que me parece muy bien, no han tenido la iniciativa de colgar la imagen de Miguel Ángel, la que nos recuerda la lucha de una nación entera por la libertad; en otros, a regañadientes, han convocado un minuto de silencio, obligados por no pasar vergüenza. Esos gobiernos, con poca altura de miras, son los mismos que dicen que Leopoldo López es un golpista y los mismos que dicen que el asesino de Miguel Ángel es un preso político. Los demócratas no olvidamos, que los demás pasen vergüenza.

*Secretaria general PPCS