Eso siento. Ese sentimiento que no es patrimonio en exclusiva de los hijos de nuestro pueblo, ese que traspasa fronteras, que trasciende a todo aquel que ha vivido, que ha compartido, que ha soñado y que ha dejado parte de su corazón en nuestra perla mediterránea.

Orgullo de ser, vivir y trabajar por uno de los pueblos más bonitos del mundo, que lo es no porque lo diga yo, sino porque así lo reconoce la asociación de las villas más bellas de nuestro planeta. Siento orgullo de todo lo bueno que nos sucede; orgullo de sumar galardones y reconocimientos; orgullo del esfuerzo que hacemos todos por ir a mejor.

Pero de lo que me siento más orgulloso es de todos los hombres y mujeres que sudan la camiseta por defender los colores y el nombre de Peñíscola; de todos los que han hecho que hoy seamos lo que somos; de todos los que nos han hecho aprender y apreciar a nuestra tradición y orgulloso de seguir defendiendo que lo mejor que tenemos es precisamente eso, las tradiciones y las raíces, que son el auténtico orgullo de todos. O de casi todos. Hay quien se atreve a criticar a este alcalde que acompaña a las asociaciones y entidades en sus actividades. A mucha honra y con orgullo lo hago.

Me apena seguir viendo que nada contenta a voces opositoras que lejos de construir se empeñan en seguir cuestionando cada logro. H

*Presidente PP de Peñíscola