El otro día, un amigo me confesó su satisfacción y orgullo por «la gran resiliencia y asertividad» de una de sus hijas. Me quedé de piedra: era la primera vez en mi vida que alguien glosaba en sánscrito los méritos de su descendencia.

Ya despedidos, fui directamente al diccionario, que me informó que la primera palabreja deriva del verbo resilio, resilire, que significa «saltar hacia atrás» y se refiere a la capacidad de adaptarse y luego sobreponerse a momentos inusuales, inesperados o críticos. Fortaleza, vaya.

Por lo que respecta a la segunda, aprendí que la asertividad consiste en defender tus ideas y expresar tus opiniones respetando siempre a los demás. O sea: ser civilizadamente uno mismo.

También tengo otras palabras en mi lista negra, como interactuar, implementar, sinergia, positivista, temática… por no hablar de los mil tecnoanglicismos que los medios de comunicación (¿?) escupen a diario, como si la totalidad de su audiencia fuesen doctores por Cambridge.

Hace un par de años sostuve una discusión con un periodista cultural radiofónico al que también le resulta más fácil hablar raro que normal. La expresión en entredicho era distopía; él estaba radicalmente convencido de que el 101% por ciento de sus seguidores la conocían desde siempre; se la propusimos a 10 empleados de la emisora y solo acertaron dos. Y no eran analfabetos.

Mi hermano y maestro Joan Barril lo tenía muy claro: «Los medios de comunicación sirven para comunicar: hay que explicarlo todo sin dar nada por sabido».

El pedagogo Juan de Mairena , heterónimo de Antonio Machado , lo explicaba así:

Mairena: «Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa». El alumno escribe lo que se dicta.

Mairena: «Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético».

El alumno, tras meditar, escribe: «Lo que pasa en la calle».

Mairena: «No está mal».

O aquel viejo chiste: «Que los franceses al pan le llamen pain , pase. Que al vino le llamen vin , pase. ¡Pero que al queso, que se ve tan claramente que es queso, le llamen fromage , eso sí que no!».

Hablemos poéticamente, por favor. H

*Director teatral