Querido/a lector/a, todo indica, y así lo confirman los medios de comunicación, que el acuerdo electoral entre el PP y Ciudadanos para acudir en coalición a las elecciones autonómicas vascas del 5 de abril está provocando un pitote de cojones entre la dirección nacional del PP, entre Casado y su guardia pretoriana y la dirección del PP de Euskadi encabezada por Alfonso Alonso.

Tanto es así que si anteayer la noticia era que la dirección nacional del PP había firmado el pacto con Cs en Madrid y a espaldas de los afiliados y de la dirección de Euskadi, hoy, ahora, la información denuncia que por manifestar su disconformidad, no con el acuerdo con Cs sino con ciertos aspectos del fondo y la forma de llevarlo a cabo, por hacerlo sin consultar a los afiliados vascos, la dirección nacional del PP, Casado, ha destituido a Alonso de candidato a Lendakari. Por cierto, Carlos Iturgaiz, el nuevo candidato, un señor olvidado y de un tiempo que ya no existe, lo primero que ha hecho ha sido apelar a la colaboración con Vox para combatir al Gobierno fasciocomunista de Pedro Sánchez.

Por cierto, si alguien se pregunta que pasa con el PP de Euskadi, la respuesta más fácil y cierta tiene que ver con la construcción, coalición o absorción de la gran derecha española, del PP, Cs y Vox. En todo caso este es un acto de humillación. Una indiscutible evidencia de que en el PP no hay democracia interna ni participación de los afiliados en las decisiones que le afectan, a él y a sus vecinos. En última instancia son actos entre cúpulas que lejos de hacer de la política algo útil que soluciones problemas concretos y diarios, solo sirven para controlar poder y, después de tanto lío, desavenencias e imposiciones, beneficiar a Vox.

*Analista político