La pasión podría definirse de muchas formas y llenar de significado diferentes espacios que rebosan de sentimientos de entrega, admiración, devoción, generosidad e incluso algo de locura.

Bendita ésta si despierta al escuchar unas campanas de fiesta, un ritmo que acompaña la danza o de una loa la letra.

La pasión que despierta lo propio, lo anterior, lo tradicional, lo autóctono, me llena de orgullo, me suma energías y me renueva el espíritu de lo colectivo, el sentimiento de pertenecer a un grupo que palpita de forma sincrónica cuando mira hacia atrás y siente ahora, mirando hacia el futuro.

Siento mis raíces en la tierra de mis padres, en la mía y en la de nuestros hijos; son profundas y Peñíscola nunca falla; siempre hace brotar esa sensación tan mágica, esa sonrisa plácida cuando escucho los campanarios temblar con nuestra emoción.

En estos días de pasión, en los que hemos celebrado la Pascua, un año más nos hemos encontrado en la celebración de la tradición con una agenda que se completa aún este mismo fin de semana.

Han sido días intensos que, además, en nuestra localidad suponen el arranque de la totalidad de la maquinaria del sector turístico, nuestro principal motor económico.

Esta combinación de obligación y de devoción hacen, si cabe, más intensas las jornadas que finalizan, el Jueves y Viernes Santo, con las procesiones por la monumental ciudadela. Los oficios religiosos, la vigilia pascual y (finalmente) la Pascua y la siempre emocionante procesión del Encuentro, ponen el broche final a días apasionantes, de recogimiento, de espiritualidad y de comunión.

Hoy, la Trobada de Bombos i Tabals, y mañana domingo --además de la ineludible cita con la fiesta de la democracia-- en Peñíscola celebraremos la romería a la ermita de Sant Antoni.

Sin duda, uno de los festejos que con más ilusión esperamos peñiscolanas y peñiscolanos pues se convive, se comparte y se respira pasión por la tradición, por la fiesta y por nuestro pueblo.

FESTEJAMOS nuestro orgullo por nuestros antepasados, sus costumbres y su tradición; festejamos el presente pues seguimos siendo un pueblo que reivindica su condición y miramos con esperanza al futuro para el que sembramos emociones en el corazón de las nuevas generaciones que, gozan y sienten suya también la tradición.

Con emoción esperamos la jornada que, este año, es además un día importante para el futuro de nuestro territorio, de nuestros pueblos, pues estamos llamados a las urnas para poder decir alto y claro cual es nuestro proyecto de futuro.

Vivámoslo todo, con la necesaria responsabilidad y pasión.

*Presidente del PP de Peñíscola