A ver si lo entiendo. El partido que tiene a sus dos últimos presidentes «nacionales» --Chaves y Griñán-- sentados en el banquillo, acusados de diseñar y mantener un «sistema opaco» para regalar 855 millones de euros desde el Gobierno andaluz, según el auto de procesamiento; el partido que está siendo investigado en la Comunitat Valenciana por utilizar las desaladoras ruinosas, para financiar sus campañas electorales de 2007 y 2008; el partido que el año pasado vio como se condenaba a sus últimos alcaldes en Vinaròs y Alcora por prevaricación; es decir el PSOE, presenta una moción de censura contra el presidente Rajoy porque el Partido Popular, según dice una sentencia, se beneficio sin saberlo de las ilegalidades que cometieron los alcaldes de Pozuelo y Majadahonda. La sentencia reconoce que el PP no participó en los hechos delictivos, ni los conoció. Pero se benefició de ese dinero y ahora tiene que devolverlo.

A ver si sigo entendiéndolo. Para que la moción prospere, el PSOE quiere apoyarse en los partidos secesionistas. Los mismos que no solo han desafiado al Estado y quebrado la sociedad catalana, sino que fueron condenados por corrupción y financiación ilegal de 9 millones de euros por el caso Pallerols y por los 6,6 millones de euros del caso Palau. Partidos que por cierto se presentaron a las elecciones europeas del 2004 y 2009 en coalición con el Bloc, una de las formaciones integrantes de Compromís, en el momento en que se presentaban dopados a las elecciones.

Y por si no lo he acabado de entender correctamente, parece ser que sería necesaria para la moción de censura la cooperación de Podemos y Compromís, a quienes el Tribunal de Cuentas les ha cuestionado que pagaran actos electorales desde cuentas corrientes diferentes a las que tenían asignadas y que tenían que ver con la Fundación CEPS, que recibía dinero de Venezuela.

Y todo esto se hace para derribar al gobierno que ha regulado las cuentas de los partidos políticos limitando las donaciones, como los 3 millones que parece ser recibió Ciudadanos de la Fundación Libertas en el 2005 y el 2009; al gobierno que ha impedido que a los partidos políticos los bancos les condonen las deudas; al gobierno que ha limitado el número y sueldo de los altos cargos de la administración; al gobierno que ha endurecido las penas contra los delitos de corrupción, creando la oficina de recuperación de activos para asegurar la devolución de lo robado; en definitiva al gobierno que ha creado por primera vez el delito de financiación ilegal de partidos, que antes no existía.

Dicen los socialistas que «no todos los partidos son iguales». Puede ser, lo único que pido es que se nos mida a todos con el mismo rasero. Siempre he defendido que la corrupción hace un daño demoledor a la sociedad y a la democracia misma. Pero la corrupción que más daño hace es la propia, no la de los demás.

*Vicepresidente de la Diputación Provincial de Castellón