Puedo decir que soy una de las afortunadas que fue al concierto de Rosalía en el Palau Sant Jordi. Un gran chasco se apoderó de mí al descubrir que todo estaba listo y preparado para ser explicado y no para ser sentido. Pantallas en formato vertical diseñadas para Instagram y una artista que es capaz de llenar un estadio de gente, pero no de magia. Igual es que he ido a demasiados conciertos de Bruce Springsteen, pero lo que me encontré en el Sant Jordi fue muy aburrido. Gente lobotomizada que prácticamente no bailaba, mirando el móvil y pensando solo en grabar y dar envidia a las personas que no estaban allí. Tenía dos chavales de unos 20 años al lado que no se levantaron ni una sola vez. ¡Ni para ir al bar a por una birra! Y que no paraban de mandar wasaps.

Muy triste. Otra cosa que me sorprendió fue ver la pista medio vacía. Fui a preguntar y me dijeron que ahora los conciertos eran así. Por seguridad no podían llenar la pista entera. ¿En serio? Entonces pienso en todos los conciertos que he disfrutado en esa pista. Bruce, Madonna, Queen o Raphael. Y no puedo evitar la comparación. Creo sinceramente que Rosalía luciría más en el Palau de la Música que en el Sant Jordi. Tiene letras preciosas y su espectáculo tan absolutamente perfecto no luce en una instalación deportiva. Si la gente no grita, si la gente no está abarrotada en la pista saltando, no tiene sentido hacerlo allí.

Otra decepción fue la duración del concierto, que no llegó ni a la hora y media. Al finalizar la última canción, los millennials, conformistas y contentos con su concierto grabado en vídeo, se marcharon sin rechistar. Mi amiga y una servidora nos quedamos solas exigiendo un maldito bis. ¡Ni Madonna nos hace esto! ¿En serio? Estamos creando una generación de conformistas y vagos que no saben disfrutar de la vida. El próximo 17 de junio tengo entradas para ver a Paul McCartney en el Estadi Olimpic. Espero que los momomials lo demos todo. Qué bonito sería cantar Let it be iluminando el estadio con la luz de los mecheros. Déjenme soñar.

*Periodista