El 22 de junio de 2018. Pablo Casado visitaba Castellón. Elegía la capital para iniciar su andadura hacia la presidencia del Partido Popular. Venía con un proyecto de futuro, ilusión, progreso para los castellonenses. Un mes después lograba su objetivo: «El PP ha vuelto», dijo.

No es que se hubiera ido. Veníamos de rescatar a los españoles de la crisis. La que dejó el PSOE de Zapatero, la misma que heredamos de Felipe González. Rajoy, como Aznar, cogió las riendas de un país con las arcas públicas vaciadas, las pensiones congeladas, la Seguridad Social en quiebra y el paro desbocado. Demostramos que podíamos y sabíamos hacerlo. Y devolvimos a los españoles la ilusión de un futuro mejor.

El jueves, el PP de la capital celebramos nuestro inicio de campaña. A pie de calle, entre los castellonenses y con los candidatos al Congreso y el Senado Salomé Pradas, Lluís Gandia y Paz Aledón. En la plaza Tetuán, la misma que Casado eligió. La misma que marcará el camino hacia su presidencia del Gobierno.

El 10-N nos jugamos mucho. Queremos mirar al futuro, y no desenterrar el pasado. Si el jueves los Populares hablábamos en la plaza Tetuán de valores, empleo, pensiones… un día después, en esa misma plaza, estaba la ministra de Justicia, Dolores Delgado, desenterrando el pasado, creando bandos, ahondando en la división... Dos modelos. Dos propuestas de país. Unión o división. Futuro o pasado. Casado o Sánchez.

Castellón, y España, necesita al PP. Ahora más que nunca. Para que haya empleo, pagar más impuestos, apoyar a las empresas... Está en juego la unidad de España. Votar a Pablo Casado es la única forma de sacar a Pedro Sánchez de Moncloa.

*Presidenta del PP de Castellón de la Plana