La primera vez que vestí una toga, no se me veían los puños. Es cierto que ya no somos tan jóvenes, pero también que no hace tanto de aquello, de aquel día en que entré a la sala de vistas disfrazada de hombre con el vestuario de la Ciudad de la Justicia y, por tanto, en inferioridad de condiciones respecto a mis compañeros hombres. Allí descubrí que la justicia no estaba preparada para nosotras porque ni siquiera habían pensado en el ejercicio de la abogacía desde la mujer.

La primera vez que fui concejala en el equipo de gobierno de Almassora, en el 2015, ocupé la primera Concejalía de Igualdad de este Ayuntamiento. En pleno siglo XXI, nadie había considerado oportuno hasta entonces ocuparse de una problemática que llega cada día hasta mi despacho, el que tampoco hasta el 2015 había ocupado nunca ninguna mujer. Fui responsable de la firma del protocolo Viogen de atención a las víctimas de violencia de género que hoy permite un seguimiento pormenorizado de cada caso desde todos los estamentos implicados. Mi departamento, hoy gestionado por Susanna Nicolau, también creó el premio Clara Campoamor-Dones per la Igualtat que esta tarde recogerá Rosa Colomer en (merecido) reconocimiento a su trayectoria y como herramienta para visibilizar el trabajo tan pocas veces puesto en valor. Si ellas no son nuestras heroínas, ¿qué modelo de mujer vamos a admirar? ¿Recomendamos a nuestras hijas que aspiren a tronistas y mujeres de?

Prefiero subir el salario del alumnado becario que completa su formación en el Ayuntamiento y también el sueldo de todas las personas que se benefician del Plan de Empleo Municipal. Quizá no les parezca que esté relacionado con la igualdad, pero el primer paso para alcanzarla pasa por ofrecer salarios dignos.

Por eso aplaudo la ampliación del permiso de paternidad, la subida del salario mínimo, las medidas del Gobierno para romper los techos de cristal. Y por ello aprobé las tasas para familias monoparentales (casi siempre de mujeres) que estrenamos ahora para que les sea más barato conciliar. La vida está llena de primeras veces. Éstas son las mías para que el próximo 8-M tengamos más derechos que celebrar.

*Alcaldesa de Almassora