La situación de España es más que lamentable desde el punto de vista que se mire, que, aún siendo optimista, no deja de ser poco menos que desaconsejable.

Seguimos igual. Con dimes y diretes que no conducen sino a confundir, si cabe aún más, al pueblo español. Que si un gobierno en minoría, que si un gobierno multipartidista, etc. Todo, más o menos igual que antes, sino peor.

Si las cosas no cambian, me veo frente al anuncio de la convocatoria de unas terceras elecciones cosa que es inaudita, en toda la historia de España.

Mientras tanto, la vida sigue a un ritmo que en nada deseo a otro país, pese a los esfuerzos de anunciar que el paro baja, que la economía mantiene su ritmo de crecimiento, pese a los problemas del día a día de los españoles de a pie.

No sé, a ciencia cierta, a quién se quiere engañar si al pueblo español o a los mismos políticos que están envueltos en un capullo de seda que no saben desenmarañar, por el único bien de nuestro país.

Es cierto, como comentado con anterioridad, la dificultad de llegar a pactos, pero por el bien de todos, esperemos poderlos alcanzar.

Es el quejido que sale de lo más profundo del alma de un pueblo que se merece dejar atrás la incertidumbre y la pena. H

*Scra provincial de Derechos Civiles del PSPV de Castellón