Hay una cuestión que resulta curiosa en política: cuanto más progresista dice un gobierno que es, más se empeña en imponer su forma de pensar. Un ejemplo claro lo tenemos con el conseller de Educación y su modelo lingüístico. Vicent Marzà va de tolerante, presume de su capacidad de diálogo, pero con la lengua hemos topado, amigo Sancho. Aquí no hay diálogo que valga, con la lengua se hará lo que él diga y punto. Todo disfrazado de informes pedagógicos y falsos consensos, eso sí, pero imperará un modelo único, su modelo, el modelo donde el valenciano destierre al castellano y al inglés; hasta lo ha bautizado, se llamará: multilingüismo autocentrado.

Nadie reniega del valenciano ¡pero si es nuestra lengua, la lengua de nuestros padres y abuelos! Pero no se puede perder de vista que la libertad de elección de las familias y la realidad social, que exige el conocimiento del inglés, debe estar por encima de cualquier otra cosa.

El conseller ha quitado del presupuesto las becas para que el alumnado sin recursos estudie en el extranjero, va a suprimir el decreto de plurilingüismo y también termina con los centros superplurilingües. ¿Y la razón de tanto rodillo? Hay que fomentar el valencià, tot en valencià…

Eso es Compromís, buque insignia de los nuevos tiempos. H

*Diputada autonómica del Partido Popular