Cómo ha cambiado el cuento! Si comparamos los titulares de prensa de hace cinco años y los de ahora, es difícil encontrar referencias a la economía y al empleo en lugares destacados, aunque sean las principales preocupaciones de los españoles en las recientes consultas sociológicas.

Incluso los partidos de la oposición pueden poner en entredicho al Gobierno en las más variadas cuestiones; pero de la economía y del empleo, de eso, ni se atreven a hablar. Y es que la economía española ha experimentado una radical transformación en el último lustro gracias, en primer lugar, al esfuerzo, el talento y la capacidad de sacrificio de los españoles, pero también a la correcta senda de reformas y ajustes aplicados por la determinación del ejecutivo central, para superar la larga y grave crisis que sufría España.

Hace ahora cinco años, en julio del 2012, España era el epicentro de la tormenta financiera internacional, centraba la preocupación de Europa y la atención de los inversores del mundo. La prima de riesgo superaba los seiscientos puntos básicos y el bono a diez años se situaba por encima del 7%. Muchos daban por sentado que España se vería obligada a pedir un rescate al estilo de Grecia, Irlanda o Portugal.

El panorama del verano del 2017 no puede ser más diferente. La prima de riesgo se ha desplomado por debajo de los cien puntos básicos y el Estado se financia a un interés del 1,56% a diez años.

España encadena tres años de crecimiento y todo apunta a que el PIB, que ya se sitúa en niveles precrisis, superará el incremento del pasado año.

El volumen récord de exportaciones y la histórica llegada de turistas son otros dos puntos claves de la recuperación.

España sigue creando puestos de trabajo y el paro se sitúa en su nivel más bajo desde enero del 2009, después de recuperar el 70% del empleo destruido por la crisis --unos 2’3 millones de trabajos--.

Además, la incipiente y necesaria subida de sueldos, la mayor confianza de los consumidores; la facturación de empresas, la concesión de hipotecas y la matriculación de vehículos, así como la reducción del déficit público, son muestra inequívoca de que la economía española avanza con paso firme y decidido hacia la superación definitiva de la crisis económica.

España ha pasado en cinco años de bordear el abismo a abanderar el crecimiento europeo. Esto son datos, el resto es música celestial. Como suena a música celestial aquella falsa dicotomía entre austeridad y crecimiento que ha planteado la izquierda todos estos años. Las reformas que nos han llevado hasta aquí se han hecho con entusiasmo e impulso concertado, pero también con firmeza para resistir la presión de la calle; artificial y promovida con muy poca vergüenza por los mismos que nos llevaron a la lamentable situación de finales del año 2011.

Se ha hecho lo que hacía falta hacer y ahí están los resultados, aunque la izquierda no tenga la suficiente gallardía como para reconocerlo.

*Vicepresidente de la Diputación de Castellón