Reaprender el valor del espacio público de las ciudades. Es una de las lecciones que nos está dando esta crisis sanitaria, económica y social. Lo hemos podido comprobar en los pocos ratos que hemos tenido para pisar la calle en las últimas semanas. En ese tiempo hemos podido saborear una ciudad para las personas, una ciudad en la que por primera vez el protagonista es el peatón.

La nueva normalidad hacia la que estamos abocados exige repensar las ciudades hacia modelos en los que los medios de desplazamiento blandos, como caminar o ir en bicicleta, tengan cada vez más peso. En esta línea, ciudades como Londres, Gante, Milán, París, Bruselas, y países como el Reino Unido o Nueva Zelanda, entre un largo etcétera, se han puesto manos a la obra para desarrollar itinerarios provisionales que amplían el espacio público para facilitar el distanciamiento social. En Castelló, estamos llevando a cabo 13 actuaciones provisionales que supondrán un total de algo más de 13 kilómetros de itinerarios ciclopeatonales repartidos por toda la ciudad.

Este cambio de mentalidad en la movilidad trae consigo una máxima con pocos precedentes en la política; la progresiva recuperación del espacio público para los peatones no depende de ideologías. Sin ir más lejos, las ciudades y estados que acabo de mencionar tienen al frente gobiernos de diferentes signos políticos, pero coinciden en que las ciudades del futuro deben regirse bajo parámetros en los que cada vez más predominen los espacios peatonales y ciclistas. Por ello, en el ámbito de la movilidad, hay que entender esta crisis como la oportunidad para apostar por las personas y recuperar progresivamente espacios en nuestras ciudades.

*Concejal de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Castelló