Últimamente me han publicado un libro sobre costumbres y personas de Castellón de librería-cafetería-editorial Sar Alejandría, de la plaza de las Aulas y, como ha ocurrido con los ocho o nueve anteriores, eso ha provocado que me hicieran entrevistas en emisoras de radio o canales de televisión. Recuerdo de otro tiempo ya muy anterior a Nacho Villalobos, Josety, la propia Montse Arribas y Rafa García. Y antes y ahora, Antonio Arbeola, para Tv4. Todos para hacerme retroceder en el tiempo, con nostalgia, en busca del anecdotario del Hostal de la Llum, de Bohío, también del Premio Armengot de Novela Corta o de mi primer encuentro con el teatro en la cochera del Palacio del Obispo. Pero si alguien descubre los vídeos que se grabaron podrá darse cuenta de que nunca se dice todo, algo queda escondido entre los pliegues de la sábana. Porque si al despertar tengo en mi mano la rosa con la cual soñé... ¿entonces, qué? Cosas deben quedar por hacer, deseos por conseguir, algún recuerdo por revivir. Y tú ya sabes que yo esperaré que tú sientas lo mismo que yo…

Y el recuerdo más fuerte de hoy es para un ser humano vecino de Castellón, Manuel Badenes Tárrega, el padre de los futbolistas y a la vez hijo de una hermana del famoso Tárrega, don Francisco, cuya música y leyendas ya trajinaba yo en mi adolescencia acompañando al niño guitarrista Manolito Cubedo, que interpretaba obras del maestro mientras yo hacía de telonero recitando poemas. Un día, el señor Badenes Tárrega me invitó a visitarle a su carpintería del paseo de Ribalta número 6, donde tuve ocasión de descubrir mundos nuevos en el arte de hablar en público, de la modulación de la voz para el recitado, en el conocimiento del mundo teatral.

Alguien me preguntó ayer por qué no hablaba yo nunca del golf, uno de los más universales pasatiempos de este tiempo. Y es que cuando me aparto del fútbol y del baloncesto, también de la magia del ciclismo, con lo del golf voy un poco perdido. Recuerdo aquellos años de mi juventud cuando apareció en La Coma, en Borriol, el Club de Campo del Mediterráneo. Fui testigo, disimulado, de las conversaciones para su creación entre los Armengot, Carlos Fabra Andrés, también Sanz de Bremond y algunos más. Pasados tantos años, es ahora Guillermo Dauffí, socio de La Coma, quien me asegura que Sergio García es el décimo entre los mejores jugadores del mundo. Y también el castellonense de la provincia que gana con el golf más dinero al año, millones, me dice.

Por su parte, el también vecino de la Almadraba Julián García Candau, igualmente jubilado, me habla maravillas del campo de golf Costa de Azahar, del Pinar del Grau. Y entre sus alumnos, los del profesor Amancio, hay una campeona de España, también vecina del Arenal, de 10 años, llamada Balma Dávalos Guaita, que se ha proclamado subcampeona infantil de España, en La Manga del Mar Menor de Murcia.

Así que, entre Balma, Guillermo y Julián, los tres me han hecho recordar el golf desde la Almadraba. Muchas gracias. H