Alarmantes son los datos que arroja la pandemia en las últimas semanas en toda la Comunitat Valenciana y créanme si les digo, que lo que más echamos de menos es que la Consellería de Sanitat no facilite, de forma actualizada y en tiempo real, el número de contagios en Benicàssim para poder adoptar medidas e informar a la población porque a los ayuntamientos es dónde acuden exigiendo información veraz.

Con serenidad y responsabilidad libramos a diario nuestra particular batalla municipal contra el dichoso virus, reforzando la limpieza y desinfección intensiva de calles, plazas y parques infantiles; esta semana y dando un paso más, en aras a minimizar la expansión y coincidiendo con las medidas restrictivas decretadas por la Generalitat hasta el día 31 de enero, Benicàssim ha cancelado las actividades municipales en espacios cerrados, como medida adicional preventiva en esta tercera ola que está poniendo al borde del colapso a los hospitales.

Mientras, el proceso de vacunación va más lento de lo anunciado para quienes tenemos todas nuestras esperanzas puestas en el antídoto que nos permita volver a hacer lo que hacíamos, retomar nuestros planes. No pedimos nada más.

Hace justo un año estábamos preparando nuestras fiestas más tradicionales, las que celebramos en honor a San Antonio y Santa Águeda y que este año, lamentablemente el covid-19 nos va a impedir celebrar.

Les confieso que echo de menos el aroma dulzón que desprendería el horno de la Panadería José María e inundaría nuestras calles como preludio de las fiestas, cuando se elaboraban las más de 23.000 coquetas, como antes lo hizo la Panadería Paquita.

Me entristece no estar preparando ya la indumentaria con la que vestirnos para participar en el reparto de la tradicional coqueta, o las escarapelas necesarias para engalanar a los caballos que procesionarían a nuestro patrón por las calles de nuestra localidad. Echaré de menos el olor de las hogueras, el tradicional almuerzo y la alegría del Día de las Paellas, reconocido como Fiesta de Interés Turístico.

Que el orgullo de ser y sentirnos hijos de Benicàssim y el amor por nuestras tradiciones nos hagan conscientes que este año, la prudencia, la responsabilidad y la salud, serán nuestro estandarte. H

*Alcaldesa de Benicàssim