Simpa es la palabra popular que se utiliza para definir la acción de levantarse, por ejemplo de una mesa en una cafetería, de forma sigilosa o repentina, aprovechando el despiste o el estrés del camarero, sin pagar. En Vila-real vivimos una pesadilla insufrible, preocupante, el monstruo que viene a vernos cada pocos días en forma de reclamaciones de todo tipo, la mayoría judiciales de propietarios de solares a los que los gobiernos del PP de Vila-real hicieron un simpa durante los 16 años de la más negra etapa de la ciudad.

En todo, prácticamente todo lo que forma parte de las dotaciones públicas, colegios, parques y jardines, apertura de calles, avenidas… se hizo un simpa para adquirir los terrenos y, para urbanizar y construir, préstamos insoportables con intereses de usura que lastran el futuro de la ciudad.

En el 2011, cuando llegué a la alcaldía de Vila-real, hicimos una auditoría, una foto fija de lo que nos habían dejado. La foto era demoledora, pero se quedaba corta: nueve millones de euros en facturas en los cajones sin pagar y sin dinero en el presupuesto, una deuda del 73% a punto de intervenirnos, contrataciones irregulares y expedientes ilegales por doquier y un paquete de facturas falsas por valor de 600.000 euros que nos intentaron colar con la colaboración de los máximos responsables municipales del Partido Popular y una empresa que ha reconocido que financiaba las campañas del PP en el caso Gürtel.

Y esto en una ciudad sin proyecto, convertida en un casino de la especulación urbanística, con un 26% de paro, empresas referentes en ruinas y unos niveles de exclusión social sin atender alarmantes. Muchos de estos problemas, con el esfuerzo de todos los ciudadanos, con el trabajo incansable y responsable de todo el equipo de gobierno, estamos, poco a poco, superándolos.

Pero el peor y más grave problema que se advertía a medio y largo plazo en aquella auditoría, que podía llegar a quebrar y arruinar el futuro de Vila-real, eran los efectos de la gran estafa del urbanismo a coste cero del PP. Después de haber hecho frente a más de 30 millones de euros en préstamos y deudas del urbanismo del PP en estos seis años, el riesgo que tenemos en estos momentos, fruto de la irresponsabilidad de algunos, asciende a 50 millones más, tal como hemos comunicado al Gobierno de España, a través de los informes de nuestros técnicos.

DE NUEVO, estamos ante momentos muy complicados, buscando soluciones nada fáciles para poder cumplir con las resoluciones de los jueces, con los derechos de los propietarios, pero teniendo en cuenta que, además de pagar, el Ayuntamiento representa los intereses generales, y está obligado a prestar una serie de servicios y ofrecer un proyecto de ciudad con oportunidades y una mejor calidad de vida para todos.

Difícil y durísimo panorama; casi la cuadratura del círculo. Pero, pese a las dificultades, vamos a trabajar sin descanso para que los simpa del PP no acaben arruinando el futuro de las generaciones presentes y futuras de Vila-real. Así entendí también el mandato de mi pueblo.

*Alcalde de Vila-real