Soy de la Generación Igualdad»: Por los derechos de las mujeres es el lema que ha elegido este año la ONU para el 8 de marzo, en el marco de los 25 años de la Conferencia de Beijing que marcó la nueva agenda mundial, diseñando la hoja de ruta para el empoderamiento de las mujeres y de las niñas. Cada 8 de marzo seguimos reivindicando igualdad, derechos y justicia como se hiciera aquel 1910 en Copenhague, en el marco de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, donde se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. A partir de 1911, tras la muerte de más de un centenar de trabajadoras de una fábrica de Nueva York, el 8 de marzo se dedicó a reivindicar la discriminación y las pésimas condiciones laborales de las mujeres. Y a partir de la mitad y últimas décadas del pasado siglo, el feminismo era ya una fuerza imparable en nuestra ciudad y en el resto del país. Hay que retener este recorrido histórico porque pone de manifiesto la larga lucha de las mujeres, con mucha valentía y coraje, por sus derechos, por la libertad y la igualdad de oportunidades.

Los avances que hoy disfrutamos, aunque aún nos quede mucho, son gracias a esas mujeres que lo hicieron antes que nosotras. Frente a las conquistas, persisten las discriminaciones y las amenazas de quienes cuestionan el feminismo intentando devolvernos al pasado. Pero no hay punto de retorno, el feminismo es imparable. Tenemos una fuerza poderosa, integradora y transversal. Somos la mitad de la población y una sociedad que no cuente con las mujeres no es una sociedad completa. Ni mucho menos.

Porque la desigualdad es otra forma de violencia hacia las mujeres que ya sufren la violencia económica, con el desigual acceso a los recursos, la brecha salarial, la pobreza que tiene rostro de mujer. La violencia estructural, esas barreras invisibles que impiden el acceso a los derechos básicos. La violencia institucional y política de quienes desprestigian el feminismo y niegan la violencia de género. La violencia que significa ser invisibles en los libros de historia, en el arte, la ciencia, la cultura, el deporte. La violencia social que nos otorga roles sexistas, el lenguaje, la publicidad. La violencia de ser acosadas y explotadas sexualmente, la violencia de la trata, la prostitución que debería ser abolida. Y la violencia que asesina a las mujeres por ser mujeres, y a sus hijas e hijos por ser lo más valioso y amado.

Castelló quiere ser una ciudad igualitaria y justa, una ciudad que ofrezca las mismas oportunidades a los hombres y a las mujeres. Una ciudad que apoye, integre y empodere a las mujeres. Desde el Ayuntamiento hemos desarrollado el III Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades, un instrumento necesario para impulsar la transformación social y seguir activando la concienciación ciudadana.

«Íbamos a ser reinas», nos decían a las mujeres durante generaciones y generaciones, confundiendo los pilares de una vida digna, escondiendo la igualdad y eliminando la independencia económica. Pero el mundo ha ido girando y las luchadoras, de todas las edades, salen cada año a la calle para gritar unidas y seguir reivindicando igualdad, derechos y dignidad.

*Alcaldesa de Castelló