Durante el pasado año, la terapia de pareja fue el servicio sanitario más demandado por los españoles, por encima de las consultas de dermatólogos, neurólogoso fisioterapeutas.

Las discusiones, el malestar en la convivencia, la rutina, la falta de sexo y la infidelidad son los motivos más comunes por los que una pareja decide ir a terapia para intentar salvar su relación. Hay dos predictores claros para que esto se produzca: acudir en los primeros indicios de que algo no marcha bien (la mayoría deja pasar hasta 5 años hasta que acude) y que ambos tengan el mismo objetivo (con frecuencia uno quiere recuperar la relación y el otro no).

Parece una obviedad, pero no por ello es menos cierto que la terapia es mucho más eficaz si se acude nada más se note el malestar en la relación, que si se deja pasar el tiempo pues el desgastepuede acabar con lo que quede de amor. Las personas que inician una terapia de pareja suelenllevarun tiempo acumulando decepción, frustración y distanciamiento debido a que las expectativas creadas no han sido satisfechas.

Según la escala de valores de cada uno, se le dará mas importancia a la comunicación, a las relaciones íntimas o a compartir aficiones. Aunque todo ello es importante, lo esencial es el afecto. Una pareja que se trata con respeto y amabilidad, fortalece su vínculo de amor. Y viceversa, cuando se pierden las muestras de cariño y la admiración, uno se aleja uno poco a poco del otro, acabando por fijarse sólo en los aspectos que restan, provocando desapego.

Por desgracia, hay gente que, pasada la fase de enamoramiento, ya no se cree que tenga que seguir conquistando a la otra parte, cayendo en el desamor. Sin embargo, el vínculo afectivo solo se fortalecerá mientras se permanezca atento a las necesidades y deseos del otro.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)