Desde el sábado nuestra vida dio un giro de 180 grados, ese día debían comenzar nuestras fiestas fundacionales y sin embargo fue el día que se comenzó a aplicar el estado de alarma en todo el país. Debido a la evolución del Coronavirus, en unos días pasamos de pensar en desfiles y mesones y en vivir una semana en las calles de Castelló a estar encerrados en casa y no poder salir salvo para lo estrictamente necesario.

Pero no será sólo una semana, por delante nos quedan varias, si no algún mes, encerrados para poder vencer a ese enemigo invisible que amenaza nuestra forma de vida.

Muchas veces no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, nos sucede en una pareja, con amigos o el trabajo, ahora nos está pasando con nuestra libertad. No poder salir a trabajar, a tomar algo con amigos, no poder desplazarnos libremente, son acciones que dábamos por sentadas y de las que ahora nos vemos privados por seguridad. Esta experiencia nos puede ayudar a salir reforzados como sociedad, a valorar más el día a día, a disfrutar cada segundo con amigos, hacer deporte al aire libre o simplemente saborear mejor ese café de cafetería por la mañana. Esto nos puede servir para unirnos más, para entender que lo que hoy sucede en Wuhan mañana puede tener consecuencias aquí y que somos más vulnerables de lo que pensamos. A veces necesitamos que la vida nos enseñe lo importante.

No quiero acabar sin agradecer el trabajo a sanitarios, fuerzas de seguridad y trabajadores de supermercados, gasolineras, farmacias que hoy trabajan para que los demás estemos a salvo. Cada día salimos a los balcones para aplaudirles en un emocionante gesto. Recordad, por nuestra seguridad, quedémonos en casa.

*Sec. General y Portavoz Adj. PPCS