Querido/a lector/a, no hacia falta tener ojos para ver que Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, presentaría la dimisión. Estaba cantado.

Y esto era así porque estaban presentes todos los elementos de la dimisión. Había un hecho cierto de inmoralidad, o como quieras llamarlo. Me refiero al Master sin asistir, sin trabajo final y falsificando alguna firma. Pero si a esa realidad se le une que el PSOE de Madrid entiende con razón que eso es escandaloso y presenta una moción de censura, solo faltaba lo determinante, que Ciudadanos, los que la auparon al poder, le avisaran categóricamente de que, o dimitía, o iban a apoyar la moción de censura del PSOE. Al final, y como decía al principio, si al bochorno y al desprestigio le unes que, o se va o un sociata ocupa la presidencia de la Comunidad de Madrid, la dimisión, repito, estaba cantada.

Pero ¿qué está pasando? Sencillamente que después de todo este vergonzoso proceso, lo llamativo no es el falso máster o su dimisión. Lo auténticamente escandaloso es ver que en el Partido Popular no termina la corrupción, que en vez de investigar y posteriormente limpiar los ensalzan y aplauden (como en la convención de Sevilla a Cifuentes), que algunos se comportan como banda organizada que acuchillan y se sacan la ropa sucia (el vídeo de la Cifuentes), que el presidente Mariano no soluciona ni pinta nada, etc.

EN ÚLTIMA instancia, y en la medida de que esto deteriora la política, a los políticos, a las instituciones, a la democracia, a la sana convivencia y a la confianza que debe existir entre el administrador y los administrados, etc, la única solución es que se vayan. Que el PP de Mariano y de toda esa banda deje el poder por el bien de esa patria, que dicen que aman, pero más bien la desvalijan. Imprescindible. Urgente. El voto debe sentenciar esa pesadilla.

*Analista político