Desde los Ayuntamientos encaramos el verano con la ingente labor de poner puertas al campo, perdón, puertas al mar.

Está claro que después de la nefasta gestión de la pandemia realizada por el Gobierno de Sánchez-Iglesias nuestros máximos dirigentes han preferido no arriesgarse y delegar toda responsabilidad en los ayuntamientos. Nadie les podrá reprochar ahora la falta de equipos de protección, la desinformación, ninguno de los más que probables problemas que se producirán... Tenemos un Gobierno que, por desgracia para todos, ha realizado una nefasta gestión, empezando por negar el problema al principio y seguido por una falta de previsión garrafal que ahora prefiere ponerse de perfil y, posiblemente, marcharse de vacaciones tranquilamente.

Sin embargo, el ciudadano debe de estar tranquilo, los ayuntamientos como institución más cercana al ciudadano estamos acostumbrados a lidiar con nuestras competencias y asumir las de otros, aun cuando no nos transfieran recursos. Los ayuntamientos formamos parte de ese pueblo que gestionamos y trabajaremos sin descanso para asegurar un verano lo más seguro posible. Un ayuntamiento no abandona al pueblo para irse a vivir a un casoplón a las primeras de cambio.

Todos estamos trabajando contrarreloj, aunque nos hayan avisado días antes de la apertura de las playas, para que estas sean lo más seguras posible. Desde los ayuntamientos reforzaremos la vigilancia, la limpieza, el control..., sin embargo nuestro trabajo no será suficiente sin una colaboración imprescindible, la de la gente, la suya, la vuestra.

El verano del 2020 será un buen o un mal verano para el vecino, para el veraneante, para cada uno de nosotros dependiendo de las decisiones que tomemos. Los ayuntamientos intentaremos controlar la afluencia, la masificación, los comportamientos..., sin embargo decisiones como ir a la playa con alpargatas y movernos por ella con las mismas, evitar una terraza muy llena, o volvernos a casa sin bañarnos si vemos la playa con mucha gente serán clave para tener un buen o un mal verano.

No nos engañemos, será muy difícil que un ayuntamiento blinde con puertas las playas. Sin embargo, depende de cada uno de nosotros comportarnos para evitar situaciones de riesgo, evitando contagios no solo de nosotros, sino de nuestros seres más queridos.

*Alcalde de Moncofa