Tras una semana de grandes acontecimientos, de eventos con mucho ruido, de tremendas consecuencias electorales andaluzas, de todos los encendidos navideños, comerciales e institucionales, encaramos la semana previa al sorteo de la Lotería y del atracón festivo de la Navidad. En estos días, que nos arrastran hacia las agendas de despedida del año, escuchamos a políticos vendedores del consumismo y de la felicidad, porque hay que ser feliz, dicen, aunque los salarios no permitan llegar a final de mes, aunque un 47% de los hogares de la Comunitat Valenciana no pueda hacer frente a gastos imprevistos y cuatro de cada diez no pueda salir de vacaciones ni una semana al año.

Y no olvidemos el otro destacado dato del reciente informe del Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad Valenciana, el 25,7% de hogares y una de cada cinco personas que viven solas están en riesgo de pobreza en el territorio autonómico. Así, que sigan las sonrisas y la parafernalia. Ya es Navidad en los escaparates de la vida. ¿A qué precio cotiza la felicidad, han marcado ya el índice de cotización?

Uno de los días buenos ha sido el pasado viernes. Noam Chomsky cumplía 90 años. Y recorrimos la vida del lingüista, filósofo, politólogo, activista y experto en encender las luces para combatir la oscuridad, miserias y el neoliberalismo que gobierna el planeta. «El verdadero problema del mundo es cómo impedir que salte por los aires». En una entrevista, realizada por Jan Martínez Ahrens y publicada por El País hace unos meses, Chomsky recordaba que el neoliberalismo asaltó el mundo hace 40 años de la mano de Reagan y Thatcher, y ha tenido un efecto. «La concentración de riqueza en manos privadas ha venido acompañada de una pérdida del poder de la población general. La gente se percibe menos representada y lleva una vida precaria con trabajos cada vez peores. El resultado es una mezcla de enfado, miedo y escapismo. Ya no se confía ni en los mismos hechos», argumentaba en una de sus reflexiones.

El descrédito de las instituciones y de la política es la cruda realidad que vivimos. Y como bien advierte Chomsky, no deberíamos estar buscado héroes, deberíamos estar buscando buenas ideas, y asumir que existe un instinto hacia la libertad porque, entonces, existen oportunidades de cambiar las cosas.

*Periodista