La era de la impunidad. Gracias a quienes viven de acuerdo a su propio código moral, pasaremos a la historia por habernos convertido en unos expertos en ignorar las consecuencias de nuestros actos, no porque no seamos conscientes de lo que nuestras acciones u omisiones pueden provocar, sino porque nos resulta indiferente el sufrimiento de quien consideramos un enemigo a batir.

Hace cuatro años, un concejal del PP de Nules dimitió antes de finalizar la legislatura. No hubo indicios de corrupción, ni delito ni falta. No hizo nada que, objetivamente, mereciera la renuncia a su cargo de forma forzosa. El daño sufrido por la presión mediática y social a la que fue sometido aquellos días no le dejaron otra elección.

Los hombres y mujeres perfectos que sientan cátedra solo por lucir sus carnets progresistas y sus amigos del cambio, vendieron la peor de las faltas imaginables en una fotografía que reproducía una escena privada, en la que no hacía nada que perjudicara a la ciudadanía que le votó, ni siquiera se pudo probar que hiciera algo que pudiera considerarse reprobable.

Un juez dice ahora que hubo delito en la publicación de esa imagen, reconociendo así su derecho a preservar su intimidad, haga lo que haga en ella, porque no afecta a su vida pública y a la de los ciudadanos a los que representa. Pero no habrá disculpas. Nadie reconocerá que se ensañó sin razón, ni dirán «Lo siento». Porque quienes no consiguen sus objetivos por la vía directa, adoran los atajos, las artimañas y eliminar al contrincante sea como sea, porque se creen legitimados para hacerlo.

El suyo es solo un ejemplo más de esa moral de plastilina que la izquierda radical, los socialistas y sus correligionarios, adaptan a su mundo particular. Los mismos que se abrazan con etarras y los ensalzan como paradigma de las libertades, los mismos que pretenden que olvidemos que cometieron el acto más reprobable: asesinar a otras personas, esos y sus imitadores socialistas son los que linchan a políticos como el de Nules, pero no hacen lo propio con el fraude universitario de Errejón, los contratos en negro de Echenique o la financiación de Compromís y PSPV.

*Concejal y presidente del PP de Nules