El curso escolar comenzó ayer para más de 90.000 niños y jóvenes de la provincia de Castellón. Y lo hizo como siempre. Con los problemas lógicos de cada principio de septiembre y las dudas que genera cualquier apertura de periodo lectivo. Pero, en esta ocasión, ha habido un elemento direnciador que ha estado en el epicentro del debate y que ha sembrado la inquietud entre los padres: el Xarxa Llibres. Bajo esta denominación, el conseller Vicent Marzà ha tratado de activar el banco de libros que AMPAS y centros llevaban demandado, y en algunos casos, aplicando por iniciativa propia, desde hace mucho tiempo.

Por lo visto hasta ahora, la iniciativa ha recibido el reconocimiento mayoritario de la comunidad educativa, aunque la forma en la que se ha plasmado ha provocado un rechazo de consideración en todos los ámbitos. Los padres han sido los más críticos, cuando, sobre el papel, iban a ser los grandes beneficiados. Improvisación, dudas, falta de información, cambios de criterio, implicación de varias administraciones, retrasos en el pago... son solo algunas de las razones que han alimentado el desasosiego de los progenitores, que ayer enviaron a sus hijos a los colegios sin saber con cuántos libros volverían a casa.